* Al
conmemorarse el Día de la Educadora este 21 de abril, recuerda con gusto su
egreso de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen y
su llegada al Jardín de Niños de Xico.
Coatepec, Ver., 21 de abril de
2015.- Los 29
años seis meses de trayectoria dentro del nivel preescolar de Alejandra Ortiz
Castañeda, han sido motivados por la pasión que tiene hacia su carrera.
Coatepec, Ver., 21 de abril de
2015.- Los
29 años seis meses de trayectoria dentro del nivel preescolar de Alejandra
Ortiz Castañeda, han sido motivados por la pasión que tiene hacia su carrera.
Durante
ese tiempo se ha desempeñado como maestra frente a grupo, apoyo técnico de
zona, supervisora, subdirectora y, los últimos 11 años, como directora del
Jardín de Niños Carlos A. Carrillo de la ciudad de Coatepec.
Al
conmemorarse el Día de la Educadora este 21 de abril, recuerda con gusto su
egreso de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana Enrique C. Rébsamen y
su llegada al Jardín de Niños de Xico; “aunque me hubieran dado adscripción en
un lugar más alejado, me hubiera ido feliz porque hago lo que me gusta”.
Muchas
han sido las satisfacciones que durante su servicio docente ha tenido, como
contar entre sus alumnos a un pequeño sordomudo, quien la motivó a capacitarse
con apoyo de Educación Especial y trabajar con él fuera del horario de clases
oficial; ahora sabe que es un hombre casado, con hijos, y que ha podido
desarrollarse plenamente dentro de la sociedad.
“Nuestro
papel es integral y muy importante, porque debemos dominar el programa de
trabajo, formar a nuestros alumnos, desarrollar sus habilidades, aptitudes,
aprendizajes cognoscitivos y sus competencias para la vida”, reconoce Ortiz
Castañeda, quien se siente orgullosa por la labor que realiza, pues se trata de
constantes y permanentes esfuerzos que bien orientados redundan en resultados
positivos.
Con
casi tres décadas de tarea educativa, ha visto muchos cambios dentro del
sector, los cuales considera han sido para bien, ya que ahora los esquemas han
dejado de lado enfocarse exclusivamente al desarrollo motriz para formar
actualmente estudiantes reflexivos, observadores, analíticos e incluyentes.
Del
mismo modo, las maestras tienen mayor compromiso ante las reformas que se han
implementado y ante una sociedad más demandante del quehacer educativo, se
mantienen capacitadas y actualizadas, así como evaluadas, lo cual ve con buenos
ojos, pues “es parte del trabajo que tenemos que hacer”.
Sabe
del respaldo que representan los padres de familia y, por ello, comparten
actividades que fortalecen la enseñanza-aprendizaje de los 120 alumnos con los
que cuenta el Jardín de Niños Carlos A. Carrillo, como una importante
labor de educación ambiental en la que se contempla el ahorro del agua, la
energía eléctrica, la creación de un lombricompostario y un mariposario, la
separación de basura, un pequeño sembradío de plantas medicinales y el último
proyecto: hortalizas verticales.
“La
educación ambiental hay que vivirla, que los niños aprendan todos los
procesos”, afirma, al tiempo que destaca el trabajo que las educadoras de la escuela
a su cargo, ya que fomentan la lectura, actividades artísticas y la música.
“Estamos felices, es mucho trabajo, mucho esfuerzo, pero vale la pena.”