Sin
tacto
Por
Sergio González Levet
Premio
Municipal de Periodismo
En un reconocimiento que se agradece y nos
honra, los colegas reporteros de Coatepec agrupados en la asociación
Periodistas Unidos de Coatepec -que encabeza con entusiasmo, valentía y mucha
idea Alfonso Mora Chama- nos entregarán sendos pergaminos a Manuel Rosete
Chávez, a Raymundo Jiménez y a mí.
La verdad es que yo siempre he sido reacio a
los premios de periodismo. Y no por otra cosa, sino porque me forjé como
periodista al lado de quien considero el mejor reportero y columnista que ha
habido en Veracruz, Froylán Flores Cancela, quien recibió el más distinguido premio
nacional que haya obtenido algún veracruzano, en el área de Comentario Político,
por su legendaria columna “Glosario del momento”, que concibió e hizo la más
leída durante las décadas en que fue el alma de Diario de Xalapa, al lado de don Rubén Pabello Acosta.
Ese Premio condujo a que Froylán saliera del Diario a fundar el semanario Punto y Aparte, y a mí a participar con
él como jefe de redacción, con lo que me volví periodista para siempre. En mi alma mater periodística estuve de planta
durante siete años magníficos, y de ahí salí a fundar El Sol Veracruzano, pero ésa es otra historia que algún día relataré,
si cuento con la benevolencia de la atinada lectora y el -espero- desatinado
lector.
Fue de tal tamaño el premio que en 1978 recibió
Flores Cancela -el primero que se otorgaba a nivel nacional a un reportero de
provincia y concedido por un jurado impecable que encabezaba don Francisco
Martínez de la Vega-, que todos quienes nos formamos con él nos dimos cuenta de
que nunca podríamos obtener uno en las mismas condiciones, así que optamos por
hacer nuestro trabajo y esperar mejor el reconocimiento de los lectores.
Por eso usted verá que también han sido
siempre reacios a los premios -aunque a veces hayan recibido alguno- Arturo
Reyes Isidoro, Benjamín Domínguez Olmos, Carlos Velasco Jara, Miguel Molina,
Manuel Antonio Santiago Escobar, Homero Guerrero, Pedro Noé Valdés, Odila
Romero, Miguel Valera y muchos otros que recibimos la enseñanza y la influencia
de Froylán, el maestro de maestros.
Y ahora que lo pienso, lo que recibiremos
este viernes 12 de junio Manuel, Raymundo y su servidor no es un “premio” sino
un “reconocimiento” (tal vez podemos decir que es un honroso Premio Municipal
de Periodismo).
Esa distinción la consideramos sumamente
valiosa porque proviene de colegas que están en activo y andan en la brega, y porque
surge de la voluntad de periodistas verdaderos, que conocen, sufren y gozan el
galano arte de la reporteada diaria; que se han manchado las manos, pero de
tinta; que conocen lo que es una columna y qué es lo que mide un cuadratín, y
que viven modestamente del fruto de su labor cotidiana.
Ante ello, no tenemos palabras con qué
agradecer.
A partir de la una de la tarde del viernes
12, entonces, estaré con gusto junto con Manuel Rosete Chávez y Raymundo
Jiménez en el restaurante Tachula de Coatepec, para recibir un reconocimiento
de nuestros pares, que insisto, nos honra y se agradece.
Así que en adelante -y hablo sin sarcasmos-
podré blasonar orgullosamente que soy Premio Municipal de Periodismo, gracias a
los entrañables colegas coatepecanos.
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