M O R E N A
Uriel Flores Aguayo
No hay duda del buen inicio, inaugural, de MORENA en
las elecciones federales intermedias recientes; su primera participación le
deja casi un nueve por ciento de la votación válida, treinta y cinco diputados
federales, cinco delegaciones y veintidos diputados locales en el Distrito
Federal, siendo esta entidad donde obtuvo sus mejores resultados, lo que le ha
valido proyección y protagonismo.
Habiendo quedado en el cuarto lugar sus expectativas son mayores políticamente
a esa posición.
En Veracruz le fue muy bien a Morena, desplazó al PRD del tercer lugar y ganó dos distritos, de enorme
importancia política y económica como son Xalapa y Coatzacoalcos. Ahora viene
lo difícil para esa novel formación política, pasar de la novedad a niveles de
consolidación y resultados. Se les desea un futuro exitoso para que sean
alternativa democrática y de justicia social. De importancia clave y vital será
que hagan un balance objetivo sobre sus resultados electorales, sobre todo en
lugares como Xalapa, para obtener explicaciones que les permitan trazar una
ruta novedosa, evolutiva y eficaz.
Creo que Veracruz refrenda en buen tamaño una conocida
simpatía por Andrés Manuel López Obrador, quien lo ha recorrido intensamente
desde hace unos veinte y tres años y se ha ganado el respeto de amplias capas
de la población Veracruzana; ahora como dirigente y símbolo de MORENA captó
sufragios para ese naciente partido, a quien mucha gente ve como oposición real.
La votación para MORENA se beneficia también del desvanecimiento del PRD, que
en nuestro Estado ha venido a menos por su
entreguismo oficialista; ese voto progresista y de izquierda se canalizaba
al partido del sol azteca, ahora casi ya no. Desde luego que los candidatos,
dirigentes y miembros de MORENA tienen mucho mérito por su lucha y trabajo para
levantar esa alternativa partidista.
Siendo optimista de los avances de MORENA, desde mi espacio
independiente y externo, quiero alertar sobre los retos y riesgos que corren
inmediatamente. Tal ves el primer desafío sea no caer en triunfalismo, creer
que toda elección es igual y que ya constituyen corriente electoral; deben
advertir que no cuentan con voto duro, que van a escenarios inmediatos,
elección local, donde la polarización los puede colocar en un lugar marginal.
Otro gran reto es el del sectarismo y el de una especie de purismo trasnochado,
pensando que solos pueden ganar elecciones y que únicamente sus fundadores
tienen la calidad para representarlos en los comicios.
Es obvio que todo inicio, bautizo político, del tipo
de MORENA, viene rodeado de sacrificios, entusiasmo y expectativas, con mirada
ascendente y de futuro. La siguiente etapa para ellos es más exigente, con
definiciones ineludibles y un funcionamiento más orgánico y horizontal. No
todos son AMLO, quien es su principal activo pero del que dependen
riesgosamente.
Por ahora hay que darles la bienvenida al sistema de
partidos, junto a los candidatos independientes son la buena noticia política
de México; deseo que traigan oxígeno y novedad, que rompan las prácticas
tradicionales, que sean oposición real y propongan un proyecto justo y
democrático de nación. Ya se verá, con responsabilidades legislativas y de
gobierno, que perfil adoptan y hasta donde hacen diferencia con una clase
política corrompida y ajena a los intereses populares.
Recadito: El PRI Xalapeño no duerme, viene por la
revancha ...