Al Estilo Mathey
*¡Que
así sea!
Gustavo
CADENA MATHEY
Buen
día lector:
Por
si usted no fue a la misa de ayer, en el segundo domingo de cuaresma,
hay un mensaje que envía la iglesia católica que por fin se aleja
un poco del tema de “en aquel tiempo”, para asumir el de los
tiempos actuales y su cruda realidad.
Ignoro
si fue el tema de la homilía en todos los templos del estado, bueno
sería que así haya sido, pero en el que acudí el sacerdote platicó
de lo siguiente.
Lo
invito a leerlo;
“Muchas
veces se dijo que el narcotráfico no se metía con el clero, pero en
los últimos años en México han asesinado a 52 clérigos entre
sacerdotes, diáconos y hasta un cardenal. Ustedes saben la situación
tremenda que se está viviendo, todos conocemos ya de un amigo, un
vecino y hasta un familiar que han sufrido esta realidad.
“Hace
muchos años, cuarenta o cincuenta años que yo era un niño,
recuerdo que había una revista amarillista que a veces se prohibía
que la leyéramos; se llamaba la revista Alarma, que publicaba
imágenes desgarradoras y titulares realmente alarmantes como
secuestrolo, matolo, despedazolo, y porque eran casos contados, eran
muy pocos.
“Pero
aquello que sucedía antes, hoy aquí es el pan de cada día; también
recuerdo que hace muchos años nos enterábamos que en Taiwán allá
en Asia, había gente mala, las mafias cobraban derecho de piso, y yo
imaginaba ¡cómo puede ser que vayan a tu negocio y decirte me
tienes que dar cada mes tanto dinero, a cobrarte por el derecho de
trabajar!; decía, en México eso sería imposible, no podía ser que
pudiera suceder en nuestro país y ahora lo estamos viviendo en carne
propia.
“Ese
es el flagelo social que ahora experimentamos todos y por supuesto,
que desde la perspectiva, desde la óptica de la fe, decimos es
cierto, Jesús nos está compartiendo el dolor de su pasión, hay que
ser fuertes, hay que tener esperanza, es cierto.
“Pero
también tenemos que abrir los ojos a lo que nos dice Dios el día de
hoy: este es mi hijo, ¡escúchenlo!
“Si
escuchamos a Jesús él nos dice: lo que le pidan a mi padre en mi
nombre, mi padre se los concederá. Por eso hoy los invito a hacer
una oración para pedir por ese flagelo social que lacera el alma y
que nos deja impotentes. Decir esta oración:
“Papito
Dios, en el nombre de Jesús aleja la lacerante violencia que estamos
viviendo; que terminen las ejecuciones entre los cárteles, toca el
corazón de los sicarios para que se conviertan; que terminen los
ajustes de cuentas; que todo delincuente se convierta.
“Arráncanos
el miedo colectivo; que nuestras autoridades encuentren soluciones
pacíficas; que los adversarios se den la mano; que el perdón venza
al odio; que desaparezca todo obstáculo en el camino de la
concordia.
“Que
crezca el deseo de la paz…”.
Si
los gobiernos no pueden, que así sea.
Tenga
el lector una semana de paz y armonía.