Al Estilo Mathey
*De viejitos, periodistas y Reyes
Gustavo CADENA MATHEY
¿Qué tal apreciados lectores?
Este
cuatro de enero, el mero Día del Periodista; cuatro años después de que
llegó la posibilidad, orgullosamente por fin me armé de valor para
aceptar mi realidad
y me fui a la Quinta de las Rosas por mi tarjeta del INSEN.
Por
cierto, comenta mi amigo Esau Valencia en su “feis”, que precisamente
el 4 de enero está marcado como el Día del Periodista en México.
Aunque
no hay una fuente oficial, se sabe que esta fecha se debe al día en que
falleció en 1826 en la ciudad de México el periodista tapatío Manuel
Caballero,"iniciador
del reporterismo" en nuestro país.
Otra
festividad se da a medio año luego que el gobierno del Presidente
Miguel Alemán Valdez estableció el 7 de junio de 1951 como el Día de la
Libertad de Expresión
en México.
A
su vez, en 1976 el presidente Echeverría sumó a esta celebración la
entrega del Premio Nacional de Periodismo a los más destacados miembros
de la prensa escrita
y electrónica por trabajos desarrollados durante el año anterior en los
diversos géneros periodísticos.
A
mi me parece más adecuada la del 4 de enero que hace énfasis en el
trabajo del reportero. No es lo mismo ser reportero que periodista, este
último tradicionalmente
fue considerado según Ryszard Kapuscinski, maestro del oficio, como una
persona bien intencionada que trata de informar para ayudar y no para
fomentar el odio o la arrogancia. Decía que las malas personas no pueden
ser buenos periodistas.
Pero
les contaba: “ayer me dijeron viejo; por un momento me estremecí.
Después me miré al espejo y al fin noté, lo que envejecí”, suele cantar
Chente Fernández.
Les
platicaba que me di la oportunidad de tramitar y obtener mi Tarjeta
Inapam allí en ese apasible lugar que significa La Quinta de Las Rosas,
en 20 de noviembre
de esta capital, donde la Sedesol y el INAPAN a través de los muy
atentos y eficientes colaboradores Martha Leticia y Enrique atienden
diariamente a entre 50 y 60 coetáneos que buscan esa tarjeta que el
gobierno federal expidió en 1979 con el propósito de
brindar algunos apoyos económicos que brindan los prestadores de
servicios a los adultos mayores, o sea, a los viejitos, entre los que
irremediablemente me he colado porque las nieves del tiempo casi platean
mi sien.
Leí
hace unos días que el diputado federal del PRI, Liborio Vidal Aguilar,
propuso crear la Procuraduría para la Defensa de las Personas Adultas
Mayores, a fin
de dar protección efectiva a los derechos de asistencia e integración
social de este segmento de la población.
De
acuerdo con la información que circuló en diversos medios de
comunicación, “la desprotección en la que viven los adultos mayores es
factor determinante del
empobrecimiento de la familia en el país, sobre la cual frecuentemente
recae la responsabilidad del cuidado de los ancianos”.
El
legislador del Partido Revolucionario Institucional (PRI) “refirió que
la Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores busca establecer
las bases y disposiciones
para su cumplimiento mediante la regulación de la política pública
nacional para la observancia de sus derechos, programas,
responsabilidades e instrumentos por parte de la administración pública
federal, estados y municipios”.
En
un comunicado, el diputado federal por Yucatán explicó que la propuesta
consiste en modificar el artículo 2 de la Ley de los Derechos de las
Personas Adultas
Mayores para establecer que su aplicación y seguimiento también
corresponda a una Procuraduría en específico.
En
la misma información se señala que de acuerdo con datos del Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población de adultos
mayores de 60 años
representa poco más de 10 por ciento de la población general, es decir,
13 millones 928 mil 310 personas.
Según
las proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), se prevé
que en 2030 habrá 20.4 millones de mexicanos en esa etapa de la vida.
El
diputado federal destacó la problemática que enfrentan los adultos
mayores y reveló que conforme a lo reportado en el segundo trimestre de
2016, la población
ocupada de 60 y más años representaba 33.6 por ciento. las condiciones
laborales de los adultos mayores que se ocupan de manera subordinada y
remunerada representa 88.3 por ciento y no son muy favorables, pues casi
la mitad no recibe prestaciones, sólo 38.0
por ciento tiene acceso a los servicios de salud otorgados por su
trabajo y 38.6 por ciento cuenta con contrato.
A
lo anterior se debe considerar que la situación de los adultos mayores
se caracteriza por la intersección entre problemáticas de salud
asociadas a la vejez,
género y pobreza en un contexto de escasa protección institucional y
profundas desigualdades sociales, tanto en entornos rurales como
urbanos.
Si
el diputado Liborio Vidal Aguilar insiste y lograr concretar su
Procuraduría para la Defensa de las Personas Adultas Mayores, a fin de
dar protección efectiva
de sus derechos de asistencia e integración social, atención integral y
calidad del servicio, constituiría una verdadera sorpresa viniendo de
alguien de ese partido.
Incluso
comenta que en las últimas décadas, el porcentaje de las Personas
Adultas Mayores (PAM) ha aumentado, y de acuerdo a las proyecciones del
Consejo Nacional
de Población (Conapo) se incrementará 14.8% en 2030, lo que significa
20.4 millones de mexicanos en esa etapa de la vida.
Ahí vamos.
De hoy en adelante, ¡no saldré sin ella!
Que
los míticos Reyes Magos vuelvan a motivar nuestro espíritu y nuestros
corazones y nos traigan a todos desde hoy, un gran fin de semana para
encontrar armonía
entre tanta incapacidad gubernamental.