POLLOS
CAMPIRANO
URIEL FLORES
AGUAYO
El asesinato
del joven Carlos Hernández, hijo del dueño de los "pollos
Campirano", la noche del sábado anterior en la Col. "Progreso"
de esta ciudad, ha desatado una ola de indignación preocupada
en la sociedad xalapeña; es un crimen violento en exceso, con
medidas desproporcionados, de un joven de 16 años que ve truncada su
vida a manos de psicópatas; como ese hecho de sangre han ocurrido
varios tanto en nuestra ciudad como en los alrededores sin que, a la
fecha, sepamos algo de las investigaciones judiciales y sus
resultados; me temo que las autoridades correspondientes no están
haciendo nada y dejan a los ciudadanos indefensos. La familia
Hernández, sufrió las consecuencias de un ambiente de impunidad y
clima delictivo tolerado por las autoridades.
La novedad en
este triste caso es la reacción del padre, la familia y los amigos
de Carlos, joven víctima del crimen, quienes se movilizaron
públicamente para reclamar justicia; en sus pancartas y palabras
expresaban coraje, condenas y exigían respuestas. Es una muestra
valiente pero llena de impotencia ante un hecho consumado, brutal,
con autoridades omisas, burocráticas e ineptas. Queda en la familia
de este joven la sensación de injusticia, de fatalidad y la absoluta
desconfianza en el sistema legal. Es una familia destrozada por actos
criminales que no deberían ocurrir en nuestro entorno pero que
lamentablemente ya son la regla de nuestra precaria convivencia sin
que se vean acciones claras, contundentes y confiables de todo el
entramado legal que nos rige.
Tenemos una
Fiscalía que debe perseguir los delitos, como ahí despacha un amigo
del Gobernador no opera necesariamente con criterios de
profesionalismo, además es evidente su condición de precariedad
material si observamos los destartalados vehículos con que hacen su
labor; muy poco se sabe de resultados de la Fiscalía, casi todos los
casos de alto impacto quedan sin solución. Le hace falta
transparencia a ese organismo, por supuesto dotarse de suficientes
recursos económicos, materiales y científicos para poder desempeñar
una labor exitosa para la sociedad. Es muy difícil confiar en
quienes ocupan un cargo por amiguismo y dan muestras de desapego al
interés general. Si no hubiera tanta impunidad, no ocurrirían
tantos crímenes, ya que quienes los cometen se saben lejos de la
mano de la justicia.
El ambiente
criminal que nos rodea en Xalapa, tiene que ver con la presencia de
mafias pero también por un escenario propicio para el avance de la
delincuencia; tenemos autoridades omisas y simuladoras, que se
desentienden de estos problemas porque son feos, y que fingen una
normalidad de papel; por otro lado, tenemos acciones de grupos
organizados por liderazgos clientelares que alimentan un ambiente
delincuencial; es el caso de las ocupaciones ilegales y hasta
violentas de terrenos, así como de las banquetas y parques públicos
por grupos que muestran el camino de la delincuencia.
Todo eso lo alienta y permite el gobierno estatal, es la cuota que
nos obliga a pagar al resto de ciudadanos. De esas pequeñas o
grandes ilegalidades se alimenta la delincuencia, en un proceso que
adquiere vida propia y termina prescindiendo de su auspiciadores.
El dolor de
las familias, su impotencia y gritos aislados, deben traducirse en
organización ciudadana, en reclamo permanente y en opción
electoral. Es mediante su voto que los ciudadanos, agraviados
directamente o no, deben elegir un mejor, mucho mejor gobierno, con
representantes verdaderos, con un estado pleno de derecho; el miedo y
la violencia se superará con información, derechos, gobiernos
serios y autoridades cercanas y comprometidas. La memoria del joven
Carlos, así como de todas las víctimas de la violencia, serán bien
recordadas y tendrán descanso cuando haya paz y justicia. Los
xalapeños no debemos vivir con miedo ni resignación , no debemos
ser cazados al azar por criminales, nos toca hacer algo más que
indignarnos, debemos pasar a una protesta cotidiana y variada que nos
lleve a un escenario de normalidad y paz.
Cuidemos que
los distintos niveles de gobierno cumplan con su deber, que nadie se
escude en competencias ni se lave las manos con eufemismos. Que
muestren sus capacidades, que den resultados; ahora esas también son
sus obligaciones, nada de evadir o pretender que no pasa nada, que
son hechos aislados.
Ufa.1959@gmail.com
Recadito:
Estoy atento y en espera de la decisión que me marque el nivel de
participación electoral inmediata.