* El homenaje que faltaba...
Por Gustavo Cadena Mathey
“He tenido la bendición de recibir muchísimos reconocimientos a lo largo de toda mi trayectoria y en diferentes partes del mundo; pero el que esta noche me hace el honor de entregarme, lo pondré en mi casa; pero el cariño de mi tierra, me lo llevaré hasta que Dios y la naturaleza me lleven de aquí”: Alberto De la Rosa.
Buen día apreciado lector:
Está claro que la música produce diferentes reacciones psicológicas en las personas, induce o modifica los estados emocionales.
Incluso ejerce su influjo sobre los aspectos intelectuales de la personalidad.
Como la literatura, la pintura, la escultura, etcétera, la buena música es el arte que sirve para la comunicación y la armonía entre los seres humanos.
Esta capital con la excelente reputación como cuna de las artes, en 1973, junto con el rectorado de don Roberto Bravo Garzón en la Universidad Veracruzana, vio saltar a la fama al Grupo Tlen Huicani, con su director Alberto de la Rosa Sánchez, el máximo exponente del “Arpa Jarocha”, quien desde entonces ha puesto literalmente en lo más alto del mundo, el nombre de México, de Veracruz y Xalapa.
Con él surgieron Alfonso Lagunes Ortiz, solista y primera voz desde la fundación del grupo hasta 2008, año en que se jubiló; Gerónimo Reyes Hernández, quien luego se retiraría del grupo para atender su carrera de psicólogo, aunque siguió participando en conciertos importantes; Cesáreo Arenal Palma hasta 1975.
En años posteriores se les unirían Daniel Jácome Gómez; José Luis Fernández Barradas; Raúl García Fernández; Armando Caraza González; el siempre muy querido Rubén Vázquez Domínguez; Carlos Lagunes Ortiz; José Juan Filobello Aguilar; José Luis Arauz Aguilar y Víctor Valdés Méndez.
El Tlen Huicani realizó su primera presentación el día 12 de septiembre de 1973 en el Teatro del Estado de esta capital, donde inició una carrera artística que lo ha llevado por todos los confines de la tierra para hacer sentir al mundo entero la magia vibrante y sublime de la música veracruzana.
Pero decía que Alberto de la Rosa Sánchez ha puesto literalmente en lo más alto del mundo, el nombre de México, de Veracruz, de Xalapa…, pero también el de Acayucan,¡sí señor!
EL QUE FALTABA EN SUS VITRINAS
Como dicen los clásicos y según nota de Pedro San Juan, el pasado viernes, en una velada inolvidable, el Ayuntamiento de Acayucan, y la organización cultural Arrieros del Apompo organizaron el homenaje que en vida le faltaba al Doctor Honoris Causa Alberto Manuel de la Rosa Sánchez, el de su tierra natal en el que fue nombrado “Hijo Predilecto de Acayucan”.
De esta manera, a instancias de entusiastas ciudadanos como la señora Idalia Susilla Reyes, viuda de Leyton; Alfredo Delgado Calderón, investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); Napoleón Santos Aguilera subdirector académico del ITSA; el historiador Josué Viveros Cuervo y Carlos Henaine, entre otros, en reunión de Cabildo presidida por el alcalde Marco Antonio Martínez Amador, se le entregó el reconocimiento como “Hijo Predilecto”, por sus 40 años de trayectoria, por haber recibido el doctorado Honoris Causa el año pasado y: “porque en esta tierra dejó el ombligo”.
Según una tradición prehispánica que se ha ido perdiendo paulatinamente ycomo lo documentó el antropólogo Miguel León Portilla, las personas siempre vuelven a la región en donde les enterraron el ombligo, lo querepresenta un arraigo donde nacieron y crecieron sus padres y sus antecesores.
Pedro San Juan comenta que entrada la noche del viernes las “lágrimas de San Pedro” interrumpieron el hermoso concierto que ofrecía De la Rosa junto con sus compañeros Iván Velasco, David y Rubén Melgarejo, Raúl Monge y Miguel Angel López, a los que se unió Joel Barranco, en el patio central del palacio municipal.
No hace mucho por cierto ese monumental palacio fue agraviado al quitarle su tradicional color cantera para “vestirlo” del escandaloso rojo fidelista solo para quedar bien con el gobernante en turno, afortunadamente eso ya se corrigió.
Pero continuando con la noche del homenaje a don Alberto, no dejó que le ganara la nostalgia, pudo más el amor que siente por su tierra y siguió tocando y cantando bajo la lluvia, y aún después de que voluntarios lo protegieron con paraguas; posteriormente la velada continuó en la Sala de Cabildo de la planta, cuyo espacio fue insuficiente.
Allí actuaron también el líder de los Arrieros del Apompo, Reyes Bejarano León, con su dúo musical “Los Soberanos del Son” y Mario Galindo Baruch, del grupo “Bemberécua”, estos últimos se lucieron recitando décimas y poesías de su autoría.
Especializado en la música folclórica mexicana y de otras latitudes, Tlen Huicani ha ofrecido conciertos de gala en más de 50 naciones.
En una de esas giras allá por 1978 invitaron al orgullo de Las Minas, el muy popular Benito Condado Alarcón y llegaron en Rumania al mismísimo Castillo del Conde Drácula, en Transilvania, cerca de un pueblo llamado Tirgoviste, de donde se originó el nombre del negocio de Benito acá en la calle de Sarabia.
Fue el propio alcalde Marco Antonio Martínez Amador, quien convocó a todos los ediles para una sesión solemne de cabildo, donde con votación unánime se le dio la distinción a tan reconocido artista.
Entre aplausos y lágrimas, familiares, amigos y prestigiados acayuqueños formaron parte de dicha sesión de cabildo, donde todos tuvieron la oportunidad de expresar su voto en forma simbólica, dando así formalidad al histórico acontecimiento.
“A nombre del pueblo acayuqueño, me siento honrado en contar con su presencia, y el poder tener la oportunidad de que en mi administración se le haga este merecido reconocimiento, es usted un orgullo de nuestro pueblo, y ha llevado a Acayucan a niveles internacionales, y siempre sepa que aquí a partir de hoy Acayucan es suyo y usted es su hijo predilecto” Fueron las palabras que ofreció la máxima autoridad municipal al internacional arpista.
A su vez Alberto de la Rosa explicó: “He tenido la bendición de recibir muchísimos reconocimientos a lo largo de toda mi trayectoria y en diferentes partes del mundo, pero el que esta noche me hace el honor de entregarme mi amigo Marcos Martínez y su cabildo, es para mí el más importante de mi vida, pues el reconocimiento material lo pondré en su humilde casa, pero el cariño, respeto y admiración que me da la gente de mi querido Acayucan, ese me lo llevaré hasta que Dios y la naturaleza ya no me permitan estar aquí; quiero que les quede claro que a donde quiera que yo vaya Acayucan siempre está presente en mis palabras y en mi corazón”, afirmó visiblemente emocionado.
Sobre el pueblo, hace algún tiempo mi amigo Sergio Trejo, un magnífico cronista que no se dedica precisamente a eso, escribió que el vals “Acayucan” de la inspiración de Plutarco J. Barreiro Pavón sirvió de fondo musical de una película mexicana de los años 1951 o 1953 “El Billetero”, que protagonizaban David Silva y Esther Fernández. La letra dice: “Acayucan palabra de ensueño, que traes a mi mente, recuerdos de ayer, he venido de nuevo a tu suelo, trayendo en mis notas un viejo cantar. A tus huertos que son maravilla, quisiera un instante ponerme a soñar, y al amparo de tus cafetales y tus naranjales, que huelen a azahar”….
Era la Acayucan de los grandes huertos poblados de muchos árboles de mango y de naranja, limón dulce, chicozapotes y nanches. Fincas de café y matas de cacao. Pollos, y guajolotes entre los patios y gatos, perros y jamelgos a media calle.
“Mi tierra, de aquellos tiempos, de cuando cantábamos con el cancionero “Picot” en la mano, en los corredores de aquellas casas de paredes de ladrillos cubiertas con tejas en dos aguas, sostenidas por pilares; otras con muros de barro, sostenidas con los horcones de cocuite o de solerilla. Vigas de cedro o de roble, piso de tierra y patios abiertos. Época bonita de cuando se cocían los frijoles sobre la leña del fogón”, escribió con gran nostalgia mi paisano.
Que tenga el lector una semana de muchas alegrías.