Uriel
Flores Aguayo
Me
llaman la atención algunas realidades problemáticas de Xalapa, de
las más notables e influyentes en la vida cotidiana; de ellas me
detengo en dos, la actuación de la policía preventiva y el sistema
de transporte público. Vuelvo sobre temas recurrentes, cuya
problemática nos afecta en exceso pero no adquiere centralidad en su
análisis y consideración; me refiero a que es de tal magnitud el
peso en nuestro día-día de esos asuntos que se pensaría que se
habla mucho de ellos, que se estudian y se buscan superar en sus
aspectos más negativos; pero no, se padecen con resignación, se
dejan pasar, no es bandera ciudadana ni puntos sobresalientes en la
agenda de las autoridades.
La
seguridad en Xalapa deja mucho que desear, los desplantes de la
policía no se traducen en tranquilidad ni en confianza ciudadana. A
pesar de ser la capital del estado continúa siendo un lugar
inseguro, con hechos delictivos poco vistos en nuestra historia. La
estrategia policial se mantuvo contra cualquier crítica, siendo
claramente ineficaz y de oropel. Se sostienen retenes absurdos que
afectan la circulación y no sirven para los fines que los
justifican; siguen las caravanas de patrullas con efectivos
policiales enmascarados y exhibiendo armas pesadas con las que
apuntan a la gente; los policías viales, dirigiendo el tráfico con
armas largas, son el resumen acabado de una muy extraña política de
seguridad pública. No se observaron ajustes a esas formas curiosas y
claramente inefectivas. Siendo así, continúa lo mismo, las formas
simuladoras y excluyentes.
Es
mucho dinero lo que se ha destinado a la seguridad, sobre todo de
recursos federales, sin que se traduzca en una policía de evidencia
profesional y de rápida acción al llamado ciudadano; con pesar se
observa que la labor policial está enmarcada en obvias formas de
simulación, de unas prácticas ociosas, con imágenes que asemejan
la guerra. Las curiosas actuaciones policiales como de conflicto
bélico generan miedo y rechazó social; deberían haberlo advertido
los encargados de estas áreas de acción pública. Sin seguridad no
hay gobierno y la sociedad se va animando a expresarse, a exigir
cuentas al respecto.
Contamos
con un sistema de transporte desordenado, agresivo e impropio de una
ciudad con la historia y el tamaño de Xalapa; el numero de los
camiones urbanos no obedecen a alguna planeación que refleje las
necesidades de la ciudad, son resultado, en general, de favores
políticos y líneas clientelares; por supuesto que no respetan ley
alguna, hacen lo que quieren: contaminan, circulan en calles
prohibidas, juegan por el pasaje y tampoco fomentan condiciones de
seguridad y buen ambiente. En las estrechas y accidentadas calles de
Xalapa, circulan camiones en mal estado y en dimensiones
desproporcionadas, generando mil problemas vinculantes con
autoridades omisas e incompetentes.
Los
taxis son tema aparte, con una cantidad cercana a las once mil
unidades en la zona metropolitana están creando una bomba de tiempo;
es una imagen casi apocalíptica observar filas de taxis por todos
lados, como preocupante que hagan sitios en lugares que corresponden
a su iniciativa y no a algún tipo de planeación. En unos años, tal
vez ocho, repartieron tantas concesiones como habían llevado unos
treinta años, creando problemas de todo tipo. En esa política
irracional está un símbolo fino y definitivo del fracaso de esta
administración; ante una sistemática y corrupta política de
transporte en taxis queda hacer algo urgente y renovador vía el
control vial estratégico, el reglamento y en la mayoría de los
casos, la voluntad de los interesados.
Se
habla de venta de concesiones, lo afirman participantes, en montos
que van de 50 a 80 mil; de ser así, estamos hablando de un negocio
millonario que asciende a, por lo menos, unos cien millones de pesos;
todo a costa de nuestra tranquilidad y mejor condición de vida. Con
esas ganancias son peligrosos, pueden hacer cualquier cosa en aras de
no abrir la caja oscura que representa su negocio. Esta en nosotros
en todo momento pero especialmente en los procesos electorales tomar
las decisiones correctas para no permitir más atentados a nuestra
historia, a nuestra forma de vida y al futuro inmediato.
Ufa.1959@gmail.com
Recadito:
Con la palabra que sea se abre paso la candidatura dela unidad
opositora.