HORA
LIBRE
Álvaro
Belin Andrade
El
misterio más grande de la historia está sin resolver en Veracruz:
¿a dónde han ido a parar miles de millones de pesos del presupuesto
estatal si la deuda crece desmesuradamente, se han recortado
cantidades endemoniadamente altas en los presupuestos de todas las
dependencias, cada quincena se retrasan los pagos de burócratas y
pensionados, no hay una sola obra pública de consideración, los
empresarios están en bancarrota porque no se les pagan los adeudos
por obras, servicios y productos, y hace tiempo que se subastan las
propiedades estatales?
No
ha habido peor conclusión de una administración pública, y eso que
la de Fidel Herrera Beltrán fue marcada por la más escandalosa de
las exacciones monetarias al erario en la historia de Veracruz.
Que
Fidel haya incrementado de 3 mil 500 millones de pesos a cerca de 40
mil millones la deuda del gobierno estatal, pese a ser el inicio de
la debacle, en poco se compara con el estado desastroso en que se
encuentran las finanzas públicas en este momento.
Las
deudas menudean. Todos los días varias manifestaciones son
protagonizadas frente a Palacio de Gobierno en demanda de diversos
compromisos postergados, sin la mínima esperanza de que sean
cumplidos; a la deuda de más de 2 mil millones de pesos con la
Universidad Veracruzana –que la próxima semana será la causa de
manifestaciones de estudiantes y académicos–, se añade una deuda
de similar calado con los profesores de la Sección 56 del SNTE.
No
hay frente que no se haya complicado por la falta de voluntad para
cubrir las obligaciones públicas, incluso aquellas que constituyen
el gasto corriente, como sueldos, salarios y prestaciones.
Incluso
el Organismo Público Local Electoral (OPLE), responsable de
organizar los próximos comicios, se encuentra en situación delicada
por falta de recursos incluso para pagar rentas y ya se habla de la
posibilidad de que la próxima elección sea atraída por el mismo
Instituto Nacional Electoral, lo que da cuenta de la debacle
financiera y política.
Los
medios de comunicación más agraciados con el dinero público se han
sumado a la protesta, como ha sucedido con el Diario de Xalapa, que
en esta semana ha usado su primera plana para publicar notas
sumamente críticas a la gestión del gobernador Javier Duarte de
Ochoa, mientras se señalan actos de desvío de recursos por parte de
altos funcionarios de la Secretaría de Finanzas y Planeación ,
presuntamente encargados de derivar todos los recursos que ingresan a
las arcas estatales para reservarlos a fines inconfesos.
Según
versiones sotto
voce,
todas las dependencias están sufriendo el retraso en la ministración
de los recursos presupuestados. La mayoría de los secretarios han
pecado de disciplinados y cómplices de una sangría permanente,
hasta que han debido salir con alguna voz de protesta ante la
Sefiplan porque el personal se ha plantado en paros de brazos caídos
por la falta de pago de sus emolumentos, como ha sido el caso de la
Secretaría de Salud, o porque en el caso del Poder Judicial, han
debido retrasarse indefinidamente programas e infraestructura para
cumplir con el compromiso de implantar el nuevo sistema penal
adversarial, que reclama salas especiales para juicios orales.
Y,
pese a que han seguido fluyendo abundantes recursos federales y se
mantiene una de las recaudaciones más crecientes en el ámbito
estatal, además de autorizarse cotidianas autorizaciones de
endeudamiento, ello no ha bastado ni para disminuir la deuda
bancaria, ni para hacer obra pública ni para cumplir con la ley de
presupuesto de egresos.
La
situación precaria del gobernador Duarte
Para
colmo, pesan sobre el gobierno del estado las observaciones hechas
por la Auditoria Superior de la Federación de la Cámara de
Diputados del Congreso de la Unión observaciones por la falta de
justificación en el gasto de 13 mil 456 millones de pesos del 2011
al 2013, una cifra que ha rebasado los 14 mil millones de pesos en
2014, derivado de lo cual la Federación ha denunciado penalmente por
simulación de reintegros por 4 mil 770 millones de pesos.
¿Dónde
están los miles de millones de pesos que no se han ejercido y, por
ende, han desaparecidos en la chistera de un grupo de funcionarios
públicos encargados de aprovechar lo que debiera destinarse al
desarrollo de Veracruz?
¿Por
qué se insiste en la Ciudad de México que se ha cuidado no
incrementar los recursos federales a Veracruz porque todo dinero que
se envía desaparece misteriosamente?
La
situación crítica será pagada por el PRI y su candidato Héctor
Yunes Landa, quien este jueves en Huatusco debió salir al paso de
los comentarios en que se engloba a los veracruzanos como parte de la
corrupción.
“Me
da vergüenza escuchar en los medios que a Veracruz lo señalen por
corrupto. Veracruz no es corrupto. Hay un grupo que sí son rateros y
que deben ser castigados”, señaló Yunes Landa.
Según
el comunicado priista, el precandidato Yunes Landa comentó que este
jueves, la primera noticia que vio y escuchó por la televisión al
despertar a temprana hora fue que la Auditoría Superior de la
Federación (ASF) hizo observaciones muy importantes a tres estados
del país, y lamentablemente, entre estas entidades está Veracruz,
lo que significa, dijo, que Veracruz está siendo señalado porque
hay funcionarios corruptos.
“Yo
quiero decirles que esos funcionarios corruptos deben de ir a la
cárcel. La gente está harta que algunos sigan usando el dinero del
Gobierno para hacerse millonarios de la noche a la mañana”.
En
el ámbito nacional, muchos analistas políticos ven complejo el
panorama político y financiero de Veracruz y empiezan a augurar
posibles salidas, una de ellas, muy insistente, es la salida por la
puerta trasera del gobernador Javier Duarte quien, por otra parte, ha
insistido en que se irá pero hasta noviembre, cuando culmina su
administración.
La
situación se complicará aún más en los siguientes meses, porque a
no ser que se reintegren los miles de millones de pesos que han
desaparecido no hay manera de que se cumpla la promesa hecha por
Duarte a un grupo de periodistas de que 2016 “será el mejor año
para Veracruz”.
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