HORA
LIBRE
Álvaro
Belin Andrade
¿Qué
Yunes será el próximo gobernador?
La
elección de junio próximo en Veracruz es la que más atención está
atrayendo en todos los partidos políticos, organizaciones civiles y
medios de comunicación a nivel nacional. De los 12 estados en que
habrá cambio en el gobierno estatal (9 de ellos gobernados por el
PRI), es el que presenta el mayor padrón electoral, seguido por
Puebla, y es donde dos candidatos opositores buscarán romper la
hegemonía que el PRI ha mantenido por más de ocho décadas.
Con
casi cinco millones y medio de electores, en que predomina la
población de 20 a 24 años, de 25 a 29 y los de más de 65, Veracruz
recibirá en este proceso a un segmento demográfico (los de 18 y 19
años) que por primera vez tendrá la posibilidad de incidir en los
resultados, con la posibilidad de romper con inercias conservadoras
que han permitido al PRI mantenerse en el poder.
Las
circunstancias políticas están marcadas por el agotamiento de un
modelo de gobernar que tuvo sus versiones más distorsionadas en los
últimos 12 años, con los gobiernos de Fidel Herrera Beltrán y
Javier Duarte de Ochoa, que han llevado a la entidad a uno de sus
momentos más críticos en materia democrática, de seguridad,
desarrollo económico y bienestar social.
El
próximo 5 de junio, cuando 5.5 millones de veracruzanos podrán
acudir a las urnas para cambiar Gobernador y diputados locales, las
alertas del partido gobernante estarán más encendidas que nunca,
aunque en sentido estricto, en 2004, el Partido Acción Nacional
(PAN) con Gerardo Buganza Salmerón prácticamente ganó la elección,
que le fue arrebatada gracias a maniobras en áreas rurales.
En
efecto, en los comicios del 5 de septiembre de 2004, el candidato de
la alianza Fidelidad por Veracruz (PRI-PVEM), Fidel Herrera Beltrán,
obtuvo 971 mil 725 votos, mientras que el panista Gerardo Buganza
recogió en las urnas 936 mil 470 sufragios, una diferencia de poco
más de 35 mil sufragios (1.3%). Dante Delgado, de la alianza Unidos
por Veracruz (PRD, PT y Convergencia), se colocó en el tercer lugar
con 784 mil 132 votos. Los resultados permitieron que en el Congreso
local, tanto la alianza fidelista como el PAN obtuvieran 21 escaños,
y que el PAN gobernara 88 ayuntamientos, frente a 71 del PRI, PVEM y
el local Partido Revolucionario Veracruzano (PRV).
Luego
de ese tropiezo, la magia electoral de Fidel Herrera en el poder
permitió que el triunfo de Javier Duarte sobre el panista Miguel
Ángel Yunes Linares fuera más holgado. En los comicios del 4 de
julio de 2010, Javier Duarte de Ochoa, de la alianza Veracruz para
Adelante, obtendría 1 millón 356 mil 623 votos (43.54%), para
ganarle la partida a Yunes Linares, quien con la alianza Viva
Veracruz (PAN-Panal) logró para su cuenta 1 millón 277 mil 151
sufragios. Dante Delgado concluiría su peor participación con poco
más de 400 mil votos (12,90%).
Elección
Veracruz 2004
|
Elección
Veracruz 2010
|
||||
Candidato
|
Votos
|
%
|
Candidato
|
Votos
|
%
|
Fidel
Herrera
|
971,725
|
35.00
|
Javier
Duarte
|
1,356,623
|
43.54
|
Gerardo
Buganza
|
936,470
|
33.70
|
Miguel
A. Yunes
|
1,277,151
|
40.99
|
Dante
Delgado
|
784,132
|
28.20
|
Dante
Delgado
|
401,839
|
12.90
|
Las circunstancias para los
comicios de este año, sin embargo, son totalmente diferentes. Sobre
el seguro candidato priista, Héctor Yunes Landa, no solo pesa la
estela de corrupción, inseguridad, endeudamiento público extremo y
nula inversión pública, que han caracterizado al gobierno
duartista, sino además opera en su contra la animadversión del
grupo creado en torno a la figura del hoy Cónsul de México en
Barcelona, que hasta el último momento trató de imponer a uno de su
equipo y que ha impuesto una serie de obstáculos para que el
candidato priista lleve a cabo en mejores condiciones su trabajo
proselitista.
En
contrapartida, la alianza del PAN con el PRD, que llevará a Miguel
Ángel Yunes Linares en una segunda oportunidad a buscar la
gubernatura, está intentando con relativo éxito adherir en torno
suyo el descontento de importantes sectores de la población,
afectados por la violencia criminal, el abandono de las políticas
sociales (como salud y educación), la falta de obra pública y la
certidumbre de que los recursos públicos están siendo derivados a
los bolsillos de los funcionarios.
Las
encuestas señalan que la diferencia entre los más fuertes
contendientes, Héctor y Miguel Ángel, rosan el empate técnico, lo
que obligará tanto a sus equipos de campaña como a los observadores
políticos a calibrar los discursos de ambos, las propuestas y el
manejo correcto de la agenda pública.
A
nivel nacional, tanto el PRI como el PAN, cada uno con diferente
objetivo, observan el Beltrones, se enfrenta a una circunstancia
complicada: exigir cuentas al gobernador Javier Duarte, quien se ha
negado a dejar el cargo, al tiempo de evitar que dicha exigencia
abone al discurso de choque y confrontación que llevan a cabo el PAN
y el PRD a través de su seguro candidato, Miguel Ángel Yunes.
Por
su parte, el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, no ha dejado
(ni dejará) la menor oportunidad de estar en Veracruz para apuntalar
a su candidato, sobre todo porque un posible triunfo en Veracruz le
allanaría el camino al PAN para los comicios presidenciales de 2018,
dada la importancia de la entidad en términos de la lista nominal de
electores.
Mientras
el PAN se congracia con cada torpeza del gobernante veracruzano, en
el PRI y en Los Pinos cada sesgo autoritario, cada confrontación
como la que se ha recrudecido con la UV, los pensionados y jubilados,
el magisterio, los empresarios y, recientemente, los mismos priistas,
significan más kilómetros de distancia para mantener el poder en
Veracruz y para alargar su estancia en Palacio Nacional.
Mañana
analizaremos cómo cada uno de los candidatos punteros y los partidos
que los impulsan están midiendo sus fuerzas, las sumas y las restas
de sus posibles electores, y cómo estará metiendo presión el
candidato de Morena, Cuitláhuac García Jiménez.
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