Al Estilo Mathey
* Seguir la lucha.
El
periódico es una tienda en la que se venden al público las palabras del mismo
color que las quiere. (Honoré de Balzac)
Gustavo CADENA MATHEY
Buen día apreciado lector:
Precisamente ese es el riesgo que se afronta cuando
se lucha por los ideales.
Cuando se trabaja por impulsar acciones de gobierno
que verdaderamente sirvan para beneficio colectivo y no para el propio, sobre
todo conta los que lo han hecho descaradamente.
Tal vez fue la voluntad de Dios, acaso el destino,
ojalá nunca un atentado, pero ese equipo que sufrió un accidente que la
madrugada del jueves 10 de diciembre costó la vida de un joven, era, es, el
alma de la campaña política de Héctor Yunes Landa en su propósito de alcanzar
ese ideal de servir a sus conciudadanos desde el cargo más importante a nivel estatal.
Los grandes maestros del periodismo
siempre han dicho que el periodista debe ser imparcial, no prejuicioso; debe ser
justo y equilibrado.
Eso no es fácil. Todos los
periodistas tienen sus propios puntos de vista y para ofrecer con autoridad una
cobertura integral de las noticias deben analizar los temas desde otra
perspectiva.
Es decir, solamente se puede ofrecer
una versión verdadera de lo que está sucediendo en la realidad, si se reflejan con
precisión y justicia las diferentes opiniones sobre un mismo tema.
Este reportero confiesa que allá por
el año de 1998, urgido de un mejor nivel de ingresos debió dejar la tarea de
recopilar y reproducir con objetividad la información del momento, emprendida a
temprana edad, en mi querida Acayucan.
Dejé la reporteada que hacía con toda
objetividad como lo puede probar cualquier hemeroteca, para aventurarme en el
servicio público estatal gracias a una invitación de un servidor público
honesto y ejemplar como Edmundo Martínez Zaleta, seguí con Alejandro Montano,
luego con Leonor de la Miyar, Silvia Dominguez, el general Juan Manuel Orozco,
Héctor Yunes Landa y Alberto Sosa Hernández.
Esa experiencia me permitió
identificarme con todos ellos que me dispensaron su confianza y su apoyo para
cambiar mi perfil de trabajo, realizar una labor específica de difusión de
actividades de sus respectivas responsabilidades y mantener en algunos medios
de comunicación, un espacio de comentarios sobre la vida pública, como a la
fecha lo hago y agradezco al magistrado Sosa Hernández su solidaridad al
respecto.
Todo lo anterior me permite explicar
al lector la identificación personal que me une a los aspirantes a gobernar
Veracruz, como es el caso de Héctor Yunes Landa y de José Yunes Zorrilla del
que un día también les contaré.
Como es de muchos conocido, quiero
decirles que he visto de cerca cada proceso de la historia política de nuestra
tierra desde Fernando López Arias a la fecha y he podido relatarla textualmente
a partir de don Agustín Acosta Lagunes.
Así fue como conocí el quehacer de
Héctor Yunes Landa allá por los años ochenta, incluso antes no dejé de
asombrarme por sus calificaciones de siempre diez, en la Facultad de Derecho de
la UV y su dirigencia en aquel “Frente Independiente
Reivindicador Estudiantil Veracruzano” (FIREV), como bien lo sabe y lo
atestiguó nuestro amigo y colega Inocencio Valdés.
Lo empecé a tratar en los ochenta
cuando colaboró con Nacho Morales Lechuga y desde entonces era como es. Honesto,
franco, entrón, leal.
Siempre en su permanente lucha por
servir, por querer servir, por tratar de servir al prójimo. Y con honestidad.
Eso es lo que me ha unido a él. Vive, como lo hizo don Agustín Acosta, en una
casa modesta, no es ostentoso de nada y no se ha robado los dineros del estado.
Hace seis años sintió que tenía la
oportunidad de alcanzar la candidatura de su partido el PRI; lo consultó con el
entonces gobernador, este lo autorizó y se lanzó a la campaña por todo el
estado. El gobernante sabía que no lo dejaría llegar.
Tuve el honor de ser invitado de
primer nivel en ese proyecto.
Viajamos hacia todos los rincones de
Veracruz, caminamos, recorrimos carreteras de día y de noche, en cada pueblo la
gente lo recibió en sus propias casas, le daban, nos daban, la cena a las doce
o una o dos de la mañana.
Había personas que nos esperaban en
las afueras de la población pero en ocasiones había que quedarse a dormir en la
camioneta y en las gasolineras.
Otras íbamos de avanzada: manejaba el
capi Víctor Manuel Rojas o Marco Hernández o Paco Guisa y hasta este reportero,
muy poco. Pero era curioso oír las “cursilerías” que decíamos para reportarnos
con las esposas desde la carretera y en camino en cochecillos casi a punto de tronar.
Eso imagino, les ocurrió la madrugada
de este jueves a Giovanni, Marco y otros amigos del actual equipo de campaña de
Héctor, quienes fieles al proyecto le entraban y los sobrevivientes le seguirán
entrando con ganas en cuanto se recuperen, a ese enorme riesgo de circular por
carreteras pésimas como la “autopista de la muerte”, de La Tinaja a
Coatzacoalcos, mal hecha en su tiempo y en un largo pantano, como atestiguó y
trabajó mi amigo Francisco Romero, por Carlos Salinas de Gortari, con el sano
propósito de unir al DF con el sureste de la República.
Nuestro más sentido pésame a los
familiares de Giovanni; nuestra solidaridad con Marco y los otros compañeros de
campaña de HY. El propósito es rescatar a Veracruz. Ojalá los lectores así lo
vean y en su debido tiempo lo respalden.
Ánimo Héctor, todavía faltan muchos
riesgos pero por Veracruz y los veracruzanos hay que afrontarlos.
Tengan ustedes un gran fin de semana.