Prospectiva

La Comisión Especial debió dar la cara.

Por JAIME RÍOS OTERO.

¿Por qué no permitieron las autoridades que el personal de la revista Proceso participara en el desarrollo de las investigaciones sobre la muerte de Regina? Esa es la gran pregunta, cuya falta de respuesta va a traer la consecuencia de que, para la casa editora de la hoy extinta, la averiguación carezca de fundamentos y de veracidad. Y con esta versión del influyente semanario se van a quedar los otros medios, los del país y los del extranjero, porque para los del estado, el asunto ya está resuelto. 

Parece una incongruencia, que, si ya habían logrado un acuerdo con los editores de Proceso para que su representante colaborara directamente o se empapara de las diligencias que se iban realizando, al final se le cerraran las puertas, según lo que denuncia el chaparrín director Rafael Rodríguez Castañeda.   

No es descabellado que el crimen hubiera ocurrido como un simple acto de malvivientes. Cualquiera puede sufrir un ataque de ese tipo y más en la zona de El Dique, que aunque se ha “civilizado” y ya no es el barrio bravo de hace algunas décadas, tiene un alto grado de pobreza y ésta con frecuencia genera pandillerismo y raterías. 

Hasta es posible que la estimadísima amiga en efecto hubiera tenido la costumbre peregrina de guardar sus ahorros debajo del colchón, por más que tal hábito está tan desacreditado como medida de seguridad, que difícilmente a alguien se le ocurriría emplearlo, como si estuviéramos en la época de la Revolución. Y menos a alguien inteligente y culto como era ella. 

Vamos, todo es posible: la amistad con el sujeto prófugo, el que ella permitiera el acceso a ambos individuos, las exigencias de dinero que derivaron en el ataque que acabó con la vida de la periodista, la posterior sustracción de los valores y la venta de éstos…. Y también el “pitazo” de vecinos respecto a los merodeadores, que más tarde habrían de desaparecer de la zona. 

Lo que me parece injustificable, desde una perspectiva de la transparencia que se pretendió lograr al crear una comisión especial, ordenada directamente por el gobernador, es que se haya omitido a los demás integrantes de ésta en el tema. En esa comisión especial participarían, según se anunció el día 29 de abril,  además de la Procuraduría General de Justicia del Estado, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y la revista Proceso, a través de su representante, Jorge Carrasco. 

Inclusive, se habló de pedir la coadyuvancia de la Procuraduría General de la República. Sin embargo, Rafael Rodríguez Castañeda, director de Proceso y mano derecha de don Julio Scherer, aseveró ayer que su representante fue excluido de la investigación.
Cuando se forma una comisión especial como ésta y dada la trascendencia e interés público del suceso, es obvio que quienes debieron dar la cara este martes para informar sobre la resolución del caso, fueron todos los que la integraron y por tanto tienen la responsabilidad –unos legal, otros moral- de avalar los resultados por haber trabajado de manera conjunta, colegiada.  

¿Qué reacciones se pueden esperar ahora de la revista Proceso, de Reporteros sin Fronteras, de Artículo 19, del corporativo CNN, de los periodistas defeños que protestaron ante la sede del gobierno veracruzano, de los tuiteros, del Club Internacional de Escritores -de origen británico- y de aquellos compañeros que en esta misma ciudad se manifestaron por el esclarecimiento de la muerte de Regina? 

Porque las repercusiones que generó el asesinato fueron de carácter mundial. Le Figaro y Le Monde, de Francia; Le Soir, de Bélgica; La República, de Italia; El País, de España; The Guardian, de Inglaterra; The Washington Post y la agencia norteamericana Associated Press, por ejemplo, dieron cuenta de las reacciones de indignación de organismos internacionales y defensores de los derechos humanos.  

Es obvio que el escepticismo va a ser la tónica sobre los resultados presentados y el efecto va a ser exactamente contrario al esperado. 


Temas misceláneos 

*** Exagerados como son, trabajadores de la Secretaría de Salud hicieron sendas protestas ayer, de manera simultánea, en el puerto de Veracruz y en Orizaba sólo porque las autoridades no les habían depositado sus sueldos correspondientes a esta quincena. Y como se atraviesa el puente, temían quedarse sin dinero hasta el lunes. 

*** Otros que no estuvieron dispuestos a quedarse callados fueron los miembros de las secciones 32 y 56 del SNTE, quienes están en espera de un retroactivo, el cual les aseguraron que caería hoy para, como decía la contadora Maribel Bremont en el Orfis, “darle el primer picotazo”. 

Y es que eso de que el gobierno está en quiebra, cómo pone nerviosos a los burócratas. 

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