Prospectiva 


Sindicatos mercenarios.


Por JAIME RÍOS OTERO.

Ni como decirle que no a la Santa Madre Iglesia Católica en su diagnóstico sobre los sindicatos mexicanos, a los que acusa de corruptos, poco honestos, carentes de solidaridad, con mala fama, desconfiables, que se venden al mejor postor, gobernados por líderes inmorales y eternizados, antidemocráticos y que amenazan con secuestrar al estado.

A lo mejor hasta se queda corto el dictamen (publicado en el semanario católico Desde la fe, que publica la arquidiócesis primada de México) porque lo que deberían ser organizaciones que enarbolen los estandartes de la justicia social a favor de los trabajadores, son mafias que los explotan, los toman como carne de cañón y ejercen un control monárquico sobre ellos y sus intereses. 

También agrega que “los sindicatos deben velar por el bienestar del trabajador, no sólo a partir de la conquista de mejores salarios y prestaciones, sino de espacios de formación en liderazgos más humanos, en la participación y toma de decisiones de todos los agremiados y en la solución y mediación de conflictos”.

Y, en un giro sorprendente de un liderazgo que si lo ocupara más frecuentemente y con propósitos prácticos de aplicación, la institución eclesial contribuiría a lograr un verdadero cambio social, hace la convocatoria de que: “los trabajadores organizados no deben permitir por apatía, indiferencia o miedo, prácticas ni dirigentes sindicales corruptos, antidemocráticos, con capacidad de amedrentar a los que realmente gastan con dedicación la vida en su trabajo”.

Entrada en materia, la curia considera que “no es aceptable la falta de sensibilidad social de la clase patronal ni la explotación de los trabajadores –a quienes se les otorgan sueldos indignos- ni los contratos de protección, ni la creación de sindicatos charros”. 

Pues sí, toda la razón a quienes elaboraron el editorial del semanario católico. Inclusive su llamado a la clase patronal es pertinente, porque es sabido que en nuestro país los patrones hacen como que pagan y los trabajadores hacen como que trabajan. Se ven muchos casos en que, mientras los patrones se enriquecen, los trabajadores se depauperan lamentablemente. 

Con frecuencia, quienes deberían dar ejemplo de respeto a la ley, los funcionarios públicos, son los principales violadores de ella. Los ayuntamientos son ejemplo de lo anterior. Cada vez que hay cambio edilicio, despiden trabajadores y no los recontratatan ni les respetan sus derechos, aun por encima de laudos que les establecen esas obligaciones. 

Hay numerosos municipios que tienen millonarios adeudos en salarios caídos por esas razones. Y como los que toman decisiones sólo duran (o duraban) tres años, les dejan los conflictos a los que llegan, quienes a su vez se niegan a dar cumplimiento a sentencias generadas por decisiones erráticas y caprichosas de los anteriores. 

Desgraciadamente vivimos y tenemos generada una cultura de simulación y de incumplimiento que nos impide avanzar hacia el progreso, el desarrollo y la creación de una sociedad de primera. 

Temas misceláneos

*** Hoy, a las 18 horas se efectuará la conferencia “Control de derechos humanos y control de convencionalidad”, en la sala de pleno del Tribunal Electoral del Estado. La dictará el doctor por la Universidad Panamericana, José Daniel Hidalgo Murillo. Entrada libre.

*** Y por cierto ¿qué ocurriría para que un político profesional como Erick Lagos sea acusado por el legislador y dirigente de los trabajadores electricistas, Víctor Manuel García Trujeque, de no tener contacto con diputados ni dirigentes sindicales, y exija un cambio en la dirigencia estatal? Parece una rabieta.


    




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