HORA LIBRE
Álvaro
Belin Andrade
Poo Gil va a toda
máquina
Aunque
Boca del Río ha sido, desde hace varios sexenios, la joya de la corona tanto
financiera como política de la entidad y, por ello, ha recibido cuantiosas
inversiones públicas y privadas que la convirtieron de pueblo de pescadores al
más dinámico polo de desarrollo turístico e inmobiliario, el municipio de
Veracruz parece que ha logrado aprovechar su momento histórico y, de la mano
del alcalde Ramón Poo Gil, ha logrado dinamizar no solo su infraestructura
urbana sino también transformar su perfil, que le está permitiendo atraer
crecientes inversiones en materia turística.
No
hace falta recurrir a estadísticas sobre las inversiones recibidas por Boca del
Río en las últimas décadas: el área colindante con el Puerto de Veracruz e,
incluso, más al sur, en su vecindad con Alvarado, este municipio vio un
imparable crecimiento en hotelería, servicios turísticos e infraestructura
urbana que lo cambiaron radicalmente, mientras que Veracruz observaba el
paulatino deterioro de su centro histórico, cuyas edificaciones centenarias
amenazaban con derrumbarse, como un propósito inconfeso de los propietarios de
esos inmuebles, para quienes el hecho de que el tiempo hiciera su labor les
permitiría construir edificaciones nuevas y de rápida comercialización.
Un
elemento político, sin embargo, ha contenido la animosa inversión pública en
Boca del Río, lo que ha beneficiado con creces al municipio de Veracruz: el
triunfo del panista Miguel Ángel Yunes Márquez, por segunda ocasión, lo que ha
centrado la batalla entre el PRI que gobierna el estado y el PAN yunista que
busca, a como dé lugar, tomar el poder, cuya repercusión en materia
presupuestal ha sido reorientar el gasto en la cuatro veces histórica ciudad de
Veracruz, que está a punto de cumplir su quinto centenario como primer centro
urbano de la América continental.
Tanto
el gobierno federal como, decididamente, el gobierno estatal han centrado en
esta ciudad sus más caros proyectos de recuperación de la imagen urbana e
infraestructura de servicios, lo que ha encontrado una buena mano en el
empresario que gobierna el ayuntamiento; poco valdría el interés inversor
público si en el palacio municipal de Veracruz el principal inquilino fuera del
talante de la exalcaldesa Carolina Gudiño Corro quien, pese a recibir
importantes inversiones, es público y notorio que lo destinó a tareas políticas
y enriquecimiento personal.
Tan
solo en 2014, el programa de obras públicas de Poo Gil contó con una inversión
de 410 millones de pesos; de ellos, el ayuntamiento destinó más del 25 por ciento
(110 mdp) a la rehabilitación de calles, lo que permitió que 150 que eran de
tierra vieran mejoradas sus áreas viales y peatonales con concreto hidráulico o
asfáltico, en un área total de 85 mil 500 metros cuadrados (cerca de 9
hectáreas), lo que entre otras cosas permitió elevar la calidad de vida de 6
colonias, donde la totalidad de sus calles hoy se puede transitar sin la
incomodidad de los lodazales.
Las
colonias también vieron mejorada su infraestructura hidráulica. Del total de
los recursos destinados a obra pública, otro 25 por ciento (109 mdp) fue
destinado a la ampliación del drenaje sanitario, colectores pluviales y agua
potable; para ello, se construyeron 23 mil metros lineales de drenaje
sanitario, 560 metros lineales de colectores pluviales, más de mil 700 metros
lineales de red agua potable, para hacer un total de 27 mil metros lineales.
Este
año, continuando con ese ambicioso proyecto, se contempla una inversión de
101.8 millones de pesos para nueve grandes obras de drenaje
sanitario en las colonias Caballerizas sector Norte, Caballerizas Sector Sur,
La Loma, Los Sauces, Dora María Treviño-La Laguna, Predios-La Loma, Lomas del
Coyol–Palmas y San Francisco. Incluye 21
millones de pesos para acciones de
pavimentación en las colonias Lomas de Río Medio, Río Medio IV, Valente Díaz y
en la calle J.B. Lobos, además de 24 millones de pesos en acciones de bacheo.
Pero a todo esto, que también incluye la mejora de
los mercados municipales y el fortalecimiento de las acciones en apoyo al medio
ambiente, mediante la construcción de más plantas de tratamiento de aguas
residuales, debe agregarse una etapa más en 2015 del gran proyecto de rescate
del Centro Histórico, que permitirá convertir a la ciudad en un importante
activo para la atracción de turismo, al hacer de las calles céntricas un
agradable sitio para caminar y admirar los edificios centenarios que hacen de
Veracruz un tesoro nacional.
¿Y los índices delictivos municipales?
Deberíamos aprovechar el entusiasmo informativo de
Juan Antonio Nemi Dib, secretario ejecutivo del Consejo Estatal de Seguridad
Pública (CESP), para que en el marco de los programas impulsados a raíz de su
nombramiento, que permiten contar con información por ejemplo sobre autos con
reporte de robo, se haga un esfuerzo adicional para dibujar el mapa delictivo
de la entidad.
La consulta de los índices delictivos del fuero
común que maneja el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP) en el nivel
municipal es prácticamente imposible de consultar si no se cuenta con las
herramientas informáticas y estadísticas que permitan detectar las zonas de
mayor conflictividad, más afectadas por los delitos del orden común y con
pendientes importantes para las dependencias preventivas y de investigación, es
decir, las diversas policías de la Secretaría de Seguridad Pública y la policía
ministerial dependiente de la Fiscalía General de Justicia.
En este espacio, periódicamente hemos dado
información sobre el número de delitos del fuero común que mes con mes aparecen
en los informes del SNSP, y hemos hecho ejercicios comparativos respecto a lo
que sucede en el ámbito nacional y respecto a otros estados del país. Lo que no
hemos podido comentar es cuáles son los municipios veracruzanos con mayor
incidencia delictiva.
Mucho apoyaría a la ciudadanía el que el Consejo
Estatal de Seguridad Pública contara con un registro de los delitos que son
denunciados ante las autoridades ministeriales con base en la geografía
municipal.
Esa información existe y las autoridades de
seguridad e impartición de justicia la toman como base para establecer sus
estrategias de atención al delito, pero no se hace pública, lo que permite que
los veracruzanos estemos con los ojos cerrados sobre el nivel de peligrosidad
que enfrentamos en los lugares en que radicamos.
No le pediríamos peras al olmo. Nemi Dib ha
demostrado en los últimos días que es fanático de las estadísticas y, aunque
hemos sido críticos sobre la forma tan beneficiosa como las maneja, seguramente
ayudará ese entusiasmo para que los veracruzanos sepamos manejarnos con una
mayor cautela a la hora de enfrentar las actividades cotidianas si habitamos en
un lugar sobrecalentado por la delincuencia, o podemos desempeñarnos con
menores grados de estrés si el municipio en que vivimos muestra adecuados
niveles de seguridad.
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