DIPUTADO Y REPRESENTANTE POPULAR.

Por Uriel Flores Aguayo.

Ser Diputado federal, como es mi caso, implica fundamentalmente una enorme responsabilidad, me ubica en un espacio donde se puede y se debe hacer mucho por la gente. Es más cuestión de voluntad, sensibilidad incluida, hacer las cosas bien y mejor; bastaría no repetir los comportamientos tradicionales para estar en un más alto nivel de trabajo. Hacer todo lo contrario a los Diputados de siempre es garantía de ir por un rumbo nuevo, de esperanza. Hay formalidades que cumplir, por supuesto, como asistir a las sesiones, integrar comisiones ordinarias y especiales, tener agenda pública y participar directa o indirectamente en la elaboración y las reformas de las leyes; es en la elaboración del presupuesto de la federación donde se pueden  incluir resultados concretos para los ciudadanos de los distritos determinados, el 10 de Xalapa, en este caso, los cuales pueden ser para grupos sociales y para instituciones. Nuestra labor es más amplia, tanta como se entienda o se quiera, en tanto somos representantes populares y de la nación. Todavía hay quien se queda con definiciones estrechas y formales, en el sentido de que solo somos legisladores y nada más, pidiéndonos un papel superficial y acartonado, digamos tradicional, donde la respetabilidad del Diputado radica en las formas, en su publicidad y su sobria vestimenta. 

Yo pienso diferente, creo en un papel más activo y relevante. Desde que recibí el apoyo mayoritario de los Xalapeños expuse mi postura al respecto, sostuve que conmigo se acababa eso de que" ya vote y no te vuelvo a ver", que me proponía ser la voz de los ciudadanos, todos, independientemente de colores y siglas; que una labor eficaz y democrática implicaba una relación institucional y respetuosa con las autoridades ejecutivas, sin sumisiones ni enemistades gratuitas. No me siento héroe de nada, lo que hago ahora lo he hecho siempre, es de convicciones, nada más que en esta nueva etapa hay más responsabilidad pero también mayor alcance; lo que diga tiene más audiencia, debo ser cuidadoso a la hora de externar opiniones, pero salir al debate si es necesario, si hay que defender posiciones e impulsar proyectos de interés colectivos.

Estoy tratando de ser consecuente con esas ideas, llevándolas a la práctica, abriendo oficinas, atendiendo hasta los domingos, recorriendo las colonias y reuniéndome con diversos sectores de la población. Creo que voy bien, ya se verá, quienes me juzguen serán los ciudadanos, pero estoy convencido de lo correcto que es salir a conocer los problemas de cerca, escuchar a los afectados o inquietos por diversos problemas; no hay de otra, con sencillez y puntualidad, dialogar, aprender y apuntar rutas de solución. En muy poco tiempo, el mes y medio que llevo en el cargo, ya tengo resultados tangibles en obras y servicios, pero sobre todo en el ánimo y la participación de la gente. Lo que para el ciudadano común es útil y bien visto, para el adversario confundido y el crítico tradicional es pura especulación. Nueve de diez opiniones que recibo por mi labor son favorables, de apoyo, mientras que una es de duda, critica y ataque. Los críticos no están acostumbrados a lo que hago, se espantan y, en consecuencia, se dedican a cuestionar por sistema; si me acerco a las feligresías pobres para llevarles palabras de aliento, estoy violando la ley respectiva; si recorro las zonas inundadas, ando en campaña; si me asomo a la vida pública, así sea un poco, ya no estoy cumpliendo con mi encargo y soy " chapulin". Nada les gusta de lo que hago, puedo entender que están descontentos por el resultado de las elecciones donde fui electo; dudo que en serio crean que debo estar encerrado en el DF, más bien es un pretexto para cuestionar porque saben que difícilmente van a encontrar argumentos para rebatirme.

Voy a seguir con una línea comprometida, de contacto popular; mi labor será crítica con las autoridades incumplidas y los poderes abusivos; haré las denuncias que se requieran, en mí la gente tendera un defensor, una orientación y un apoyo real. Me ocupo del presente, de este momento, no hay tiempo que perder ante tanto abandono y rezago; el futuro algún día llegara, lo que será, no estoy ocupado en nada preelectoral, es más, censuro a los malos servidores oficiales que abandonan sus responsabilidades y utilizan recursos públicos para promoverse. Voy a ser un verdadero representante popular, en el más amplio sentido del término; si hay que denunciar algo o a alguien lo haré claramente, si hay que convocar a movilizaciones, también. Tratare de hacer una labor profesional y eficaz, con elementos técnicos e información, impulsando proyectos de desarrollo social y de atención a los jóvenes.

Estoy consciente de que mi posición, opiniones y trabajo puede no gustarle a varios, lo siento, es mi responsabilidad y convicción. Tal vez es porque no me conocen, les extraña, porque simplemente no coinciden o porque, haga lo que haga, les va a parecer negativo. Voy a inaugurar otras formas de hacer política en mi papel de representante popular, con austeridad y humildad. Espero que otros hagan lo propio, no se verían mal, coincidirán conmigo pero, sobre todo, se pondrán a tono con los tiempos. Los políticos ya no deben seguir creyendo que son especiales, que están para ser buscados y para servirse.

Recadito: crece la lista para Xalapa, falta la " chupitos" y " Juanito".

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