Con casa nueva en las altas montañas, la familia Xochicali va para Adelante.

* El frío y la humedad ya no harán estragos en la salud de Jatziri, Perla e Iván, los hijos del joven matrimonio.

Mariano Escobedo, Ver., 18 de Octubre de 2011.-El frío y la humedad de las altas montañas ya no harán estragos en la salud de los pequeños Jatziri, Perla e Iván, hijos de Araceli y Santiago Xochixali, pues luego de haber vivido en una casa improvisada a base de carrizo, plásticos y una alfombra vieja, hoy tienen una vivienda digna de madera con techo seguro y piso firme que les permitirá seguir adelante, allá en el frío municipio de Mariano Escobedo.

“Señor Javier Duarte, le damos muchísimas gracias por darnos esta ayuda, por apoyarnos, no tengo con qué pagarle esto que nos ha brindado, no tengo palabras para agradecerle esta ayuda, nunca me lo esperé”, correspondía doña Araceli con voz entrecortada por el llanto de felicidad, misma que compartía con su esposo y sus hijos.

El matrimonio confesó su incredulidad el día anterior a la realización de la Jornadas Adelante en aquel municipio enclavado en las altas montañas de Veracruz, cuando los brigadistas le pidieron que deshiciera su modesta casa porque le construirían una nueva y segura.

“Los muchachos vinieron y me dijeron que me iban a hacer mi casa y yo la verdad no lo creí, me dijeron que esa misma noche tenía que desbaratar lo que era nuestra casita, que buscáramos alojo para dormir porque iban a hacer la casa con su piso y todavía ni mi esposo ni yo lo creíamos y por lo mismo no nos atrevíamos a desbaratarla”, recordaba la joven Araceli aún sin dar crédito al cambio que Adelante hacía en su vida.

“De nuevo que vienen y ya con el material de construcción, láminas y todo, ya entonces sí creímos y pedimos alojo a nuestra vecina Minerva y entonces ya vimos que gracias a Dios sí nos estaban apoyando”, celebraba Araceli gratamente sorprendida de tener un hogar digno para sus hijos Iván de ocho, Perla de cinco y Jatziri de dos años de edad.

La más pequeña de la familia, debido a las condiciones en que vivían, continuamente tenía problemas respiratorios que en el mes de enero la llevaron a ser internada con neumonía, nos platica su madre.

Aún con pintura en sus manos y ropa, al igual que toda la familia, los vecinos y brigadistas que participaban en la terminación de la nueva vivienda, Araceli insistía “mi casita nada que ver hoy con lo que era antes, muchas gracias a todos los que nos ayudaron y a mi esposo que no se dejó vencer, siempre siguió adelante y lo poquito que traía era para que a sus hijos no les faltara qué comer, ahora aquí estamos y vamos a seguir adelante”.

Su esposo Santiago además de agradecer al gobernador Javier Duarte por la construcción de su nueva casa, también reconoció el apoyo de uno de sus vecinos, que fue quien le brindó el terreno que lo está pagando poco a poco y donde antes había construido un jacalito donde pasaban fríos y se les metía el agua como coladera, por todos lados, nos relata.

Ahora, Araceli también celebra que podrá cocinar sin tener que mojarse, ya que antes no tenía dónde cubrirse de las inclemencias del tiempo; a sus vecinos y los jóvenes brigadistas que apoyaron a clavar las tablas, a hacer la mezcla para el piso firme, así como a la colocación de cada una de las láminas del techo seguro que les permitirá a ella y a su hermosa familia tener una nueva vida que los impulsará para seguir adelante.

“Donde vivía no podía ni trabajar, además que no tenía dónde dejar a mis hijos, ahora voy a volver a hacer tamales para vender, mientras mi esposo chambea en la albañilería y lo que caiga, con eso y nuestra nueva casita gracias al Gobernador, vamos a seguir hacia adelante”, finalizó lo modesta mujer.

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