La importancia de la participación en las elecciones presidenciales de 2012

Resumen
El análisis muestra los distintos resultados que se pueden dar en las próximas elecciones presidenciales de acuerdo al nivel de participación ciudadana.
Por un lado, en escenarios de baja participación electoral, es más fácil que fuerzas políticas como el PRI y el PAN obtengan resultados favorables debido a que cuentan con un mayor volumen de “voto duro”.
Por otro lado, en escenarios de alta participación, el PRD y las izquierdas pueden resultar favorecidos ya que tienen una mayor incidencia en el “voto independiente”.
El estudio está basado en los resultados de las elecciones federales de 1991 a 2009, los cuales se pueden consultar en la página del IFE.
La importancia de la participación en las elecciones presidenciales de 2012
A partir del análisis de los resultados electorales obtenidos de 1992 a la fecha por cada uno de los partidos que contienden en estas elecciones, el presente escrito busca identificar algunas particularidades del sistema político y electoral mexicano con el fin de aportar elementos para una mejor lectura del proceso electoral de este 2012.
En primer término se buscará identificar el volumen del “voto duro” con el que cuenta cada una de las fuerzas políticas y su valor en escenarios de baja y alta participación. Esto se hará con el fin de establecer un escenario de arranque.
Por otro lado, también se buscará encontrar el número de votantes independientes y su comportamiento en los últimos procesos electorales. Además, se analizará la tendencia de participación respecto la lista nominal en las últimas 3 elecciones presidenciales.
Por último, y después de señalar las particularidades propias de la elección de este 2012, se plantearán dos escenarios, uno con baja y otro con alta participación ciudadana.
El PRI
De esta primera tabla es posible extraer al menos un par de conclusiones. La primera de ellas tiene que ver con el tamaño aproximado del “voto duro” priista (alrededor de 9 millones), el cual se puede observar en los resultados de las elecciones de 2003 y 2006, en las que el Revolucionario Institucional acababa de perder la presidencia de la república y se encontraba en la peor situación de los últimos años.
La segunda, y más importante, conclusión se desprende del valor de ese “voto duro” con respecto a la participación de los ciudadanos en las elecciones. En 2003, 9.8 millones de sufragios valieron por cerca del 37% de la votación. Por su parte, en el año de 2006, 9.3 millones de votos (sólo 0.5 millones menos) equivalieron a poco más del 22% del total; ello se debió a que en la segunda elección participaron 15 millones más de ciudadanos.
Es decir, para el PRI, entre menor sea la participación o mayor el número de sufragios anulados, mayor será el valor de su “voto duro” en la elección.
El PAN
Si dejamos de lados las elecciones presidenciales de 2000 y 2006 (que se determinaron por el “voto útil” y la campaña del miedo), podemos encontrar un ligero pero constante incremento en las votaciones intermedias de 1997 a 2009. Es significativo que el incremento más importante se haya dado del 2003 al 2009, lo cual puede tener su explicación en el uso de programas sociales para condicionar el voto.
También es significativo destacar que del mismo modo que al PRI, el Partido Acción Nacional sale beneficiado en escenarios con poca participación. En 2003, 8 millones de votos representaron el 30% del total, mientras que en el 2009, un millón 500 mil más de sufragios le significaron dos puntos porcentuales menos (el 28%); esto se debió a que hubo 8 millones más de votantes.
Nueva Alianza
Como se puede ver en la tabla, el partido Nueva Alianza, cuya fundadora es la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Elba Esther Gordillo, puede diferenciar su “voto duro” con gran facilidad. En la misma elección de 2006, obtuvo 400 mil votos para su candidato a la presidencia y 1.8 millones para los diputados de mayoría relativa, ello hace evidente que al menos 1.4 millones de votos se dirigieron hacia otro candidato a la presidencia.
A juzgar por lo cerrado de la elección presidencial de 2006 y por el protagonismo que ha tenido la lideresa del SNTE en la administración calderonista, no resulta difícil asumir que ese millón y medio de votos se destinaron al candidato panista.
El PRD y las izquierdas
Aquí se puede observar con claridad que el PRD y las izquierdas dependen mucho más de la participación ciudadana, ya que su “voto duro” es de alrededor de 4 millones.
Si analizamos las tres últimas elecciones federales, se puede encontrar una fluctuación mayor a los 10 millones de sufragios; en conjunto, el PRD y las izquierdas consiguieron cerca de 15 millones en la elección de 2006, mientras que apenas superaron los cuatro millones en los comicios de 2003 y 2009.
En este sentido, si se revisa a detalle la elección de 2006, en la que participaron poco más de 15 millones de ciudadanos independientes, es posible concluir que al menos 2 de cada 3 de ellos le dieron su voto a la izquierda:
PRI: 9 millones de voto duro.
PAN: 9 millones de voto duro, 1.5 Nueva Alianza y 4.5 millones de votos independientes. Total: 15 millones.
PRD e Izquierdas: 4 millones de voto duro, 10.7 millones de votos independientes. Total: 14.7 millones
Votos con los que se ganó la presidencia, participación y lista nominal
A partir de estos datos es posible concluir que las elecciones son cada vez más cerradas y que el número de votos necesarios para ganar la presidencia se ha reducido de 1994 a 2006.
Que el porcentaje de votos con los que se ha ganado la presidencia también se redujo. Como se puede observar, éste ha bajado de casi el 50% en 1994 a poco más del 35% en 2006. Esto quiere decir que en la última elección, el 65% de los que votaron no dieron su apoyo al presidente electo, lo cual representa un problema de legitimidad (muchos sistemas políticos resuelven esta situación con una segunda vuelta electoral).
También es importante resaltar que el crecimiento de la lista nominal no ha traído consigo una mayor participación ciudadana. De 1994 a 2006 el padrón de electores creció en más de 25 millones. En ese mismo periodo, el número de votantes sólo se incrementó en alrededor de 6 millones.
Esto quiere decir que sólo 1 de  cada 4 nuevos electores (jóvenes) están interesados en participar.
La elección presidencial de 2012
Para esta etapa me gustaría hacer dos ejercicios que no tienen la intención de ser prospectivos, sólo intentan demostrar lo determinante que será la participación (o la no participación) en las próximas elecciones.
1. Escenario con baja participación
Es este caso, de seguir la tendencia como hasta ahora, la participación en las elecciones presidenciales de este 2012 sería de 54%, con alrededor de 43 millones de votantes.
Ahora bien, con un escenario como éste y si tomamos en cuenta los datos antes recabados, el mapa electoral de arranque para esta elección sería así:
Si suponemos que la lógica de la elección pasada se repitiera y, por un lado, 2 de cada 3 votos independientes fueran para las izquierdas, estos sumarían 17 millones de votos.  Por su parte, si se asume que al voto duro del PRI se le sumara el de Nueva Alianza y, además, 1 de cada 3 votos independientes, en total obtendría 17 millones.
 
1.1. Las estrategias en el 2012
En términos generales se han delineado dos estrategias, por un lado están las izquierdas que insisten en señalar que hay cuatro candidatos y sólo dos opciones.Por otro lado están las derechas que tratan de explotar los perfiles de sus tres candidatos: “el guapo” en el PRI, “la mujer” en el PAN y “el académico” en Nueva Alianza.
Si asumimos que esta segunda estrategia prevalecerá y que un porcentaje del voto independiente votara por identificación (1 millón para el guapo, 1 millón para la mujer y 0.5 millones para el académico), el universo de votantes independientes se reduciría a 17 millones y los resultados sería más o menos así:
PRI: 9 millones de voto duro, 1.5 millones de voto Elba, 5.5 millones de voto independiente y 1 millón de voto “guapo”: 17 millones
PAN: 9 millones de voto duro, 1 millón de “voto mujer”: 10 millones
Nueva Alianza: 0.5 millones de “voto académico”: 5.0 millones
PRD e Izquierdas: 4 millones de voto duro y 11 millones de voto independiente: 15 millones
2. Escenario con alta participación
Para plantear ese escenario se tomará en cuenta en nivel porcentual máximo histórico en una elección presidencial, el cual se dio en 1994 con el 75.85% de votantes. Si llevamos ese porcentaje de participación al padrón electoral de 2012, el número de votantes estaría alrededor de los 60 millones.  Con una participación tal, el escenario electoral de arranque sería más o menos así:
En este nuevo escenario habría poco menos del doble de electores independientes, si seguimos con la lógica de que 2 de cada 3 votarían por las izquierdas el resultado sería tentativamente  así:
2.1. Las estrategias en el 2012
Si suponemos que en este escenario también prevalecerá la estrategia de las derechas y por lo tanto, que sus perfiles captaran el doble de votos que en el escenario con poca participación (2 millones de voto  guapo, 2 millones de voto  mujer y 1 millón de votos académico) el universo de votantes independientes se reduciría a 32 millones y los resultados sería más o menos así:
PRI: 9 millones de voto duro, 1.5 millones de voto Elba, 10.5 millones de voto independiente y 2 millones de voto “guapo”: 23 millones
PAN: 9 millones de voto duro, 2 millón de “voto mujer”: 11 millones
Nueva Alianza: 1 millón de “voto académico”: 1 millón
PRD e Izquierdas: 4 millones de voto duro y 21 millones de voto independiente: 25 millones
Conclusiones:
1. Que debido a una de las características del sistema político mexicano (el corporativismo), el sistema electoral no es equitativo ya que las distintas fuerzas políticas parten de hándicaps diferentes.
2. Que, debido a su “voto duro” al PRI y al PAN les favorecen los escenarios con poca participación.
3. Que mientras el padrón electoral pasó de 45 millones en 1994 a 71 millones en 2006 (un incremento de 25 millones), el número de participantes en ese mismo periodo sólo creció alrededor de 6 millones. Esto se puede deber a dos razones:
a. Que la política de participación ciudadana del gobierno federal fracasó, ó
b. Que el gobierno federal no tiene una política que incentive la participación debido a que, en términos electorales, le beneficia que voten pocos ciudadanos.
4. Que sólo en escenarios de alta participación electoral los ciudadanos pueden influir realmente en el cambio del régimen.
Sugerencias de estilo y redacción: Tziranda Lizárraga
Sugerencias de formato y presentación: Pablo Orozco

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