¿NOS ODIAN O SOLO LES CAEMOS MAL?
Por Uriel Flores Aguayo
Siguen los atentados contra Xalapa, en sus más variadas formas, hasta
algunas que parecen de tipo criminal. Ante tantos y continuos ataques contra
los Xalapeños, tenemos la necesidad de preguntarnos si ocurren por dolo o por
error, si es porque alguien o algunos nos odian o porque, simplemente, les
caemos mal. La historia es profunda aunque adquirió centralidad en
los últimos años, tiene que ver con el urbanismo salvaje, el saqueo
al erario municipal y la falta sistemática de autoridad en nuestro
municipio. Se toleran y propician todo tipo de bloqueos a las vialidades y
accesos de la ciudad, sin alguna atenuante, sin ton ni son, provocando
terribles consecuencias para la población. El ciudadano, sus derechos
y tranquilidad, pasan a ser de ínfima y ultima importancia, poniendo por
delante un sistema de Gobierno sustancialmente clientelar, corporativo y
corrupto. De ser la capital del estado, con fama cultural, se ha convertido en
una ciudad sucia, desordenada y sin rumbo. La policía estatal infunde
mas temor que respeto, a veces parece sin control, con absurdos retenes y
enmascaramiento de sus elementos; los agentes viales casi exclusivamente se
dedican a atracar, a cuidar los autos de los funcionarios y a apoyar a los
"grulleros". El " Parque Juárez", vuelto un tianguis, es
un símbolo del descuido en que se tiene a Xalapa. Creo que nadie
puede dudar de lo bárbaro y atentatorio que fue autorizar el
incremento de 2600 a 8000 taxis, simplemente no tiene lógica alguna
una decisión que trajo innumerables problemas viales para la ciudad; igual ocurrió con
los autobuses del servicio urbano de tamaño descomunal, viejos y contaminantes.
Qué decir de la deuda infinita y pesada que se adquirió con un
proyecto que se presentó como de saneamiento pero que solo ha servido para
exprimir las finanzas municipales; ya es hora que se nos informe sobre el
tamaño de la deuda pública contraída por Xalapa.
Es curioso, los funcionarios que toman acuerdos de gran envergadura
sobre nuestra ciudad casi siempre no son de ella, no nacieron o no
viven aquí, no es un dato menor, no la sienten, no la sufren pero, sobre
todo, no la respetan; sus acuerdos se guían por
intereses políticos y por transacciones económicas, a
cambio de unos pesos o ciertos favores sacrifican nuestra tranquilidad y
calidad de vida. Tengo la impresión que nuestra entrañable ciudad les
molesta, que algo de ella no les gusta, que la subordinan en sus medidas de
todo tipo: presupuestable mente, en candidaturas -hay les va el que sea- y en
planes. Nos odian o les caemos mal, pareciera broma, ojala así fuera,
pero creo que es verdad. Hace mucho tiempo que no se habla en serio de
Xalapa, que no se abordan sus problemas con visión de grandeza, que nos
hemos conformado con autoridades tradicionales, a veces del montón, lo
cual repercute en desanimo social, en falta de participación de los
ciudadanos.
En estos últimos días han ocurrido dos hechos alarmantes,
el bloqueo de media ciudad por el paso de "armastrotes de Pemex" y
la caída de un contenedor del feo puente de " plaza
crystal". En ambos casos aparece como dato principal la falta de
autoridad, combinada con su ineptitud y la corrupción. No es menor
la reiteración de su desprecio a los ciudadanos, en lo general, y a
los xalapeños, en particular. Lo ocurrido el sábado ultimo es
una demostración contundente de desgobierno: una compañía particular
dispone de las calles y avenidas de la ciudad, a la hora que quiera, desmonta
puentes y protecciones y es apoyada y cuidada por patrullas de
Transito del Estado; de lo que haya pagado, no se sabe, de quien haya
autorizado, menos; nadie se hace responsable o da la cara por los daños a la
vida de los xalapeños, más bien pareciera que lo gozan. Este lunes voló un
contenedor del feo puente de "plaza crystal", solo por una especie de
milagro no provocó una tragedia de consecuencias incalculables; con lo fácil
que es tomar medidas de autoridad al respecto, como prohibir el paso de
camiones pesados o con sustancias peligrosas en cierto horario, para no
estarnos lamentando o intentando tapar el pozo después del "
niño ahogado". Llegamos al límite, este sistema y sus
representantes ya no deben seguir gobernándonos, su modelo se agoto, ya
resulta contraproducente.
Ante la próxima renovación de autoridades municipales
aparecen precandidatos a pasto, algunos obvios, otros medios embozados; destaca
su tendencia tradicional, tanto en nombres como en planteamientos. De los que
se asoman se puede decir que hay quienes sólo lo hacen para figurar y para ser
tomados en cuenta con algún reintegro, en el repechaje; hay otros que,
desde ahora, lamentablemente, ya se les nota su carácter de
comparsas. El sistema nos prepara cortinas de humo, divide y vencerás, para
ocultar a su tapado, por ahora, después lo proyectará con todo, se
les va la vida por los intereses y negocios que están atrás del
Ayuntamiento local. Es curioso, los aspirantes del momento bastan sus
aspiraciones en puro voluntarismo, no tocan los problemas de fondo. Soy de la
idea que Xalapa requiere otro tipo de Gobierno: serio, profesional, representativo, democrático y
con visión de futuro. Con los que se anuncian, eso no es posible.
Recadito: hasta el ADO nos menosprecia, pone a nuestra ciudad con J.