Prospectiva
Alterar para
medrar
Por
JAIME RÍOS OTERO.
En
vísperas del II Informe, ha habido muchas protestas, manifestaciones, bloqueos
e inconformidades, como si los líderes sociales estuvieran empeñados en que don
Gerardo Buganza Salmerón y don Enrique Ampudia Melo no concilien el sueño con
normalidad, en momentos precisos (y preciosos) en que la imagen que debe dar
el Estado es de tranquilidad, armonía y
trabajo.
Basta
hacer un repaso de las marchas para constatar el dinamismo de una Entidad
eminentemente política, donde se manifiestan aquellos que no ven cumplidas las
promesas recibidas; que quieren privilegios por encima de los demás o que se
han acostumbrado a vivir de manera fácil con prebendas que el gobierno suele
conceder.
Entre
los más aguerridos, estuvieron los transportistas de la CNOP, que por enésima
ocasión movilizan a sus camiones y taxis para demandar atención de la
Secretaría General de Gobierno, a la cual acusan de que da preferencia a los
grupos de panistas. La médula de su protesta es porque 30 mil permisionarios
exigen más concesiones de transporte.
Otro
dirigente, más célebre por la peculiaridad de su nombre que por otra cosa,
Orfilio García Ortiz, estuvo amagando desde el lunes con tomar el martes la SEV
y la Sedesol. Y sí, en efecto, movilizó a sus gentes, pero negoció y al final
desistió de su propósito luego de recibir 500 paquetes de ayuda. La queja
principal de este dirigente es que el secretario Marcelo Montiel envía todos
los apoyos a Coatzacoalcos, y deja desatendidas a las organizaciones del
Estado.
Orfilio
encontró suave las cosas en la Sedesol, pues sólo tuvo que advertir que, si no
era atendido, protestaría con sus huestes el mero día del Informe.
Por
su parte, los integrantes del Comité de Defensa Ciudadana (Codeci) tomaron la
carretera Xalapa-Veracruz, precisamente frente a la Secretaría de Educación.
Estos lo que exigen son viviendas, apoyo para proyectos productivos, el pago de
tierras, plazas para maestros y el arreglo de un conflicto que tienen en el
municipio de Medellín.
Sin
quitar el dedo del renglón, los de Antorcha Campesina refrendaron el pleito
casado que traen con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario, ante el
incumplimiento de esta dependencia para pagarles los proyectos productivos de
2010 y 2011. Igual que en los casos anteriores, ante la inminencia del evento
del II Informe, ni tardo ni perezoso, el secretario los atendió personalmente y
quién sabe qué les prometió.
Otros
que vinieron fueron los de una organización con acrónimo casi imposible: Coavoruc,
Coalición Veracruzana de Organizaciones Rurales, quienes traen una especie de
agenda secreta para un proyecto productivo que se supone ya es conocido por el
gobernador, pero que tiene que ver con la producción de biodiesel.
En
realidad, la de estos últimos no era una protesta, sino una manifestación de
apoyo al mandatario y al futuro presidente.
Xalapa
especialmente es una ciudad proclive a recibir manifestaciones, por el
asentamiento que tiene de los poderes políticos del estado, pero en el resto del
estado también hubo movimientos. Por lo menos en el puerto de Veracruz y en
Córdoba, la jornada no estuvo tranquila para los conciudadanos.
En
Veracruz, la protesta fue de obreros que se oponen a la reelección de Pascual
Lagunes Ochoa al frente del Sindicato de Tamsa; en Córdoba, la cosa fue un poco
extraña, porque Antorcha Campesina hizo lo propio para defender a 3 de sus
militantes, acusados de un secuestro exprés.
En
fin, que los líderes son verdaderos profesionales. Saben muy bien cuáles son
los mejores momentos para hacer algarabía y presionar a las autoridades para
que les den lo que se les antoje.
Temas
misceláneos
*** Por
cierto, y para variar un poco, como dice la canción de José Alfredo, miembros
del Sindicato Magisterial del Estado de Veracruz (SIMEV) tienen programado para
este martes tomar las oficinas de la Dirección de Primarias del Estado, ubicada
en Lázaro Cárdenas (junto al restaurante Toks) para quejarse de la falta de
apoyo y el hostigamiento que padecen de las autoridades, debido a que se
encuentran en un conflicto legal por el control de la dirigencia sindical.