Hablar por hablar para ganar reflectores.
*El Ingenio La Concepción, sustento de miles de familias en la zona de Jilotepec.
*Los gobiernos de Fox y Calderón los contribuyentes mayores de la quiebra de ingenios en el país por permitir creación de fábricas de Alta fructosa y por otorgar permisos de importación de azúcar centroamericana.
Por Alberto Rivera.
No cabe duda que cuando de hablar se trata, para algunos dizque “políticos” lo que menos les importa es la congruencia real de sus “afirmaciones”.
Leo con asombro, por un lado las “declaraciones” que en su afán de llamar la atención hace el ahora “líder campesino” Marcelino Caiseros González al reportero de un medio impreso local.
El tristemente célebre exalcaldito de Jilotepec hablando de orejas; al mencionar que “productores y trabajadores del ingenio” (La Concepción) no tienen la culpa de la “corrupción” y “malos manejos” de anteriores administraciones.
Lo que al sedicente “líder campesino” se le olvidó mencionar en éste rubro, es que esa “corrupción” de la que hace mención, no solo fue generada por quienes administraron el ingenio, sino principalmente por los mismos “dirigentes” tanto de productores de caña de triste memoria como de los trabajadores afiliados al STIASRM (Sindicato de Trabajadores de la Industria Azucarera y Similares de la República Mexicana) que en su momento supieron muy bien sacar provecho y beneficios personales como en el caso de su pariente Joel Rivera Caiseros y una lista interminable de pseudo líderes que se vanagloriaban del supuesto poderío que decían tener sobre la empresa (Ingenio La Concepción) a quienes cada año, en cada zafra y en cada revisión del Contrato Colectivo de Trabajo le asestaban e imponían el cumplimiento de “beneficios” para ciertos grupos y plazas (entiéndase beneficios para ciertos trabajadores) con lo que finalmente contribuían a beneficiar a gentes ligadas a los mismos dirigentes en detrimento de toda una organización y una empresa que de haberse sabido cuidar, seguiría generando derrama económica directa e indirecta no tan solo para el municipio de Jilotepec; sino para otros de la región como en el caso de Naolinco, Tepetlán, Alto Lucero, Actopan, Xalapa y Emiliano Zapata.
El problema financiero del Ingenio la Concepción inició con mayor gravedad en el lapso de la zafra 2002/2003. Pero no por la culpabilidad total de Rafael Lázaro Ros Torres propietario de la factoría; sino por la asociación de otros problemas externos que en cierto modo, contaron con el favorecimiento del Gobierno Federal, pues si bien es cierto que tal vez al interior de la empresa Compañía Azucarera La Concepción pudieran haberse dado casos de corrupción o desvío de recursos; observando con objetividad el asunto, lamentablemente la fábrica azucarera del Ingenio La Concepción no fue la única en el país que no resistió las malas determinaciones del gobierno federal en turno (Periodos FOX-CALDERÓN) que en su momento CONTRIBUYERON a la quiebra de varios ingenios primeramente al permitir el establecimiento de fábricas de la empresa ARANCIA en Querétaro y en el Estado de Jalisco para la producción/elaboración del Jarabe de Maíz o Alta Fructosa (Fabricado a base de maíz amarillo, de mala calidad y subsidiado por el gobierno de la USA).
Y luego, por haber permitido desde hace varios años atrás dizque para garantizar el abasto nacional la libre importación de azúcar de varios países centroamericanos como Guatemala por ejemplo; aun cuando en varias zafras posteriores a la 2002/2003 el consumo estaba garantizado por haberse logrado –principalmente en ingenios Veracruzanos-, moliendas de caña y producción de azúcar con resultados en los que se rompieron records a pesar de las complicaciones climáticas, administrativas y operativas típicas de cada región azucarera.
¿Pero que significó y en que perjudicó todo lo anterior...? Pues simple y sencillamente en que las empresas productoras de refrescos, galletas, dulces y chocolates entre otras, que anteriormente consumían la producción de azúcar de los ingenios del país; dejaron de hacerlo en primer lugar, por la competencia desleal que generó la comercialización del jarabe de maíz y/o alta fructosa. Esto ocasionó que no tan solo en el Ingenio La Concepción sino en muchos ingenios del país, las bodegas de azúcar estuvieran llenas y esperando mercado. Mercado que finalmente lograron, pero teniendo que vender el producto en base al precio de la oferta y la demanda lo que finalmente les significó destacables pérdidas económicas a varias empresa (ingenios) que tuvieron y siguen teniendo la necesidad de enfrentarse a dos problemas; al de la competencia desleal que significó (y sigue significando) la alta fructosa y por otro lado, a que ciertas empresas que obtuvieron y siguen teniendo el favorecimiento de los gobiernos en turno para realizar la importación de azúcar barata y a medio procesar de Centroamérica, siguen inundando el mercado con azúcar que centrifugan, secan y envasan a precios muy por abajo del costo de la producción total que se hace en los ingenios locales y nacionales (corte y alce de la caña y molienda y proceso total en fábrica).
Es muy fácil en la actualidad hablar del tema de la fábrica del Ingenio La Concepción. Y mucho más en éstos tiempos en los que por cuestiones político-electorales algunos necesitan llamar la atención como en el caso del tristemente célebre exalcaldito Caiseros de quien no dudamos –en lo absoluto- que conoce la caña pero como subproducto embotellado con el nombre de “chachalaco”.
Caiseros y Antonio Hernández Marín, éste último de una dizque asociación denominada “Jilotepec necesita un nuevo rumbo”; bien le harían a los auténticos trabajadores del ingenio que sí desean que alguna autoridad haga algo por buscar una solución definitiva, efectiva y congruente al problema. En no emitir opiniones que lejos de ayudar perjudiquen a la base obrera y de productores de caña. Marín Hernández quizá no sabe que convertir las instalaciones del ingenio en una fábrica de producción de Biocombustibles sería tanto darle empleo únicamente a un diez por ciento del total de los cerca de 300 obreros de planta y temporales con que cuenta actualmente el ingenio La Concepción. Pero en fín. No será nada extraño que en los días por venir todos los que aspiran a un empleo en el próximo cuatrienio sigan emitiendo “declaraciones” sobre muchos temas, aunque finalmente éstas carezcan del sustento correspondiente…
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