Belleza y esplendor en el segundo día de actividades de las fiestas de La Candelaria
* Visitantes locales, nacionales y extranjeros, participaron en diversas actividades religiosas, artísticas y culturales.
Tlacotalpan, Ver., 01 de Febrero de 2013.-Visitantes locales, nacionales y extranjeros,
participaron en diversas actividades religiosas, artísticas y
culturales.
Tlacotalpan, Ver., 01 de Febrero de 2013.-En estos días, la ciudad recibe visitantes de todos
los rincones del país y del mundo; los anfitriones y jaraneros alegran
con su creatividad y chispa a propios y extraños.
Tlacotalpan, Ver., 01 de Febrero de 2013.-Entre
belleza y esplendor, Tlacotalpan brilla con los tonos pastel de sus
casas, que complementan las herrerías de los ventanales y las arquerías
características del lugar, la hospitalidad de su gente, las mojigangas,
jaraneros, decimeros y bailadores de fandango, en este segundo día de
actividades de las fiestas de La Candelaria.
Desde muy temprano, pobladores y turistas asistieron a la iglesia de
la Virgen de la Candelaria para participar en las actividades religiosas
como el rezo del Santo Rosario y la Eucaristía. El edificio tiene tonos
pastel en su interior, lo que lo distingue de otras iglesias, pues su
decoración se inclina por el estilo mozárabe, plasmado en sus cúpulas y
en sus bóvedas que contrastan con el retablo neoclásico.
Este templo, punto central de la fe de un pueblo caracterizado por su
alegría, se construyó hace 223 años debido a la donación de la imagen
catalana de la Virgen de la Candelaria. La bóveda está fabricada en
piedra de coral, traída desde el puerto de Veracruz.
Pocos lugares conservan dos iglesias y un Palacio Municipal en una
misma plaza, y es que con la llegada de los españoles, el templo de San
Cristóbal buscó restar protagonismo al de La Candelaria, pero la Virgen
continúo siendo venerada, y se convirtió en la patrona de los
tlacotalpeños.
En estos días, la ciudad recibe visitantes de todos los rincones del
país y del mundo; los anfitriones y jaraneros alegran con su creatividad
y chispa a propios y extraños.
En este encuentro de músicos, los participantes venden instrumentos,
intercambian coplas y acompañan con versos y melodías al público durante
las fiestas de La Candelaria, sin importar si es de día o de noche.
La Casa de la Cultura Agustín Lara conserva fotografías en blanco y
negro del músico poeta tlacotalpeño, en las cuales se ven reflejados
diferentes instantes de su vida personal, social y artística.
Además, en ese mismo espacio se realizan talleres de zapateado
tradicional para principiantes y avanzados, y los visitantes pueden
apreciar la exposición Realismo tropical, a cargo de los
artistas Honorio Robledo, Ignacio Canela, Jaime Yáñez y Xavier Solano
Arévalo, quienes en cada una de sus obras resaltan bellos paisajes.
En la Esquina del Toro, muy cerca de la explanada de Los Jarochos,
los Voladores de Papantla practicaron el ritual que se remonta a la
época prehispánica y que, actualmente, ejecutan en comunidades indígenas
durante las festividades patronales.
Así, con su natural destreza y dominio, cinco hombres portando
atuendos totonacas subieron a un gigantesco poste; cuatro de ellos
amarrados con una cuerda, para, desde la cima, lanzarse al vacío
haciendo rotaciones alrededor del palo volador, en el cual siempre se
mantuvo el quinto elemento.
Para brindar seguridad y tranquilidad a los visitantes, personal
calificado de las secretarías Protección Civil, de Salud, de Seguridad
Pública y de la Cruz Roja, permanecieron atentos durante el desarrollo
de esta gran fiesta veracruzana.
Tlacotalpan fue fundado en 1518 por los españoles exploradores de las
tierras de Veracruz. Su nombre significa “tierra partida” y durante los
años posteriores a la independencia fue un puerto muy importante para
el comercio; en 1998, obtuvo de la Organización de las Naciones Unidas
para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) el nombramiento de
Patrimonio Cultural de la Humanidad, lo que lo convirtió en un pueblo
con importancia internacional en el terreno cultural.