Prospectiva
Tratamiento de usurpador
Por
JAIME RÍOS OTERO
Debe
ser terrible estar a punto de ser nadie, después de acostumbrarse a ser el
centro de atención, a gozar de un poder aún ilimitado y ahora tener que
confrontar la posibilidad del anonimato o aun del destierro. Pero más duro debe
ser convertirse en el enemigo público número uno del país, en el responsable de
la debacle social y en el chivo expiatorio de miles de familias que lo maldicen
por considerar que enlutó sus hogares.
Por
eso, en las últimas semanas, el ciudadano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa se
ha convertido en el pregonero número uno de los logros de su gobierno, en el
proveedor de una imagen para que la Historia tenga piedad de su gestión, en el
panegirista único y solitario de logros que, siendo honestos, sí existen pero que
no se ven porque son opacados por los malos resultados.
No
hay reunión que presida donde no se autoelogie, no desaprovecha foro para
exaltar las bondades de su gobierno y le dice a quien quiera escucharlo todo el
agradecimiento que los mexicanos le deben por sus denodados esfuerzos para
convertir a este país en el paraíso que sólo él ve.
Ayer
dijo ante los industriales de la radio y la televisión que ha trabajado al
límite de sus capacidades y que laboró incansablemente por México; ha repetido
que construyó o modernizó 23 mil kilómetros de carreteras, que es más que lo
que hicieron las dos administraciones anteriores a ésta (es como haber
construido una carretera desde el polo norte hasta el polo sur, ejemplificó).
También
ha pregonado que México alcanzó la cobertura universal de salud; por supuesto,
su gran estandarte es el combate a la criminalidad, donde asegura que ha
combatido la descomposición de las instituciones públicas en materia de
seguridad y justicia, y ha evitado el fortalecimiento amenazante de las
organizaciones criminales, haciendo prevalecer el estado de derecho.
En
fin, el presidente intenta sembrar una imagen en sus aún gobernados de que hizo
una gran gestión y de que deja un mejor país que el que encontró al hacerse
cargo de la Presidencia de la República.
Y
sí, hay que ser honestos y reconocerle que la fortaleza de las finanzas
permitió enfrentar dos de las mayores crisis económicas que ha padecido el
mundo, que han desestabilizado a naciones muy sólidas. Los problemas de Estados
Unidos primero y luego los de Europa, por el caso Grecia, no repercutieron de
manera contundente en México, no hubo despidos masivos, recortes salariales,
eliminación de becas estudiantiles, supresión de beneficios médicos o cobro de
medicinas, etcétera.
Pero
el tema seguridad y las convulsiones que sufrió la democracia serán suficientes
para que Felipe Calderón no alcance el lugar que él desearía ante el veredicto
solemne de la Historia.
México
tiene como característica curiosa, por cierto, tratar mal, muy mal, a los
usurpadores.
No los perdona. Recuérdense entre los villanos más destacados de
nuestro devenir a Maximiliano, que siendo un príncipe de la estirpe más rancia
que haya existido en el mundo, vino a perder la vida miserablemente ante
soldados desarrapados y faltos de donaire.
O
a Victoriano Huerta, abominable ejemplar del nivel que puede alcanzar la
abyección; o a Carlos Salinas de Gortari, que para el pueblo fue detentador
ilegítimo de un mandato que en realidad fue concedido en las urnas a Cuauhtémoc
Cárdenas.
Calderón
parece seguir ese molde, porque en el subconsciente popular persiste la idea de
que suplantó la voluntad popular hace seis años.
Temas misceláneos
***
La colocación de deuda por 5 mil millones de pesos en el mercado bursátil trae
la buena nueva para proveedores y contratistas que son acreedores del Gobierno
del Estado de que por fin les podrán empezar a pagar; para los profesores y
empleados de la educación, de que les harán efectivos diversos beneficios; y
para otros sectores, de que podrían ser considerados para recibir recursos para
proyectos diversos.
Lo
malo es que la Entidad sigue endeudándose, pues la colocación implica tener que
cubrir sus utilidades a los inversionistas bursátiles. Y la cantidad actual es
una vez y media lo que dejó el gobernador Miguel Alemán como deuda (3 mil
millones); y por lo menos un 20% de los 26 mil millones con que dejó embarcado
el gobernador Fidel Herrera a la entidad (10 mil millones de deuda bancaria y
17 mil millones de pasivo circulante, según los datos del secretario de
Finanzas, Tomás Ruiz).
Hasta
el lunes.