Tlacotalpan, cuna de grandes artistas.

* El laudero Julio César Corro Lara ha obtenido 15 premios, como el otorgado a Las Leyendas Vivientes del Arte Popular de México; además ha trabajado para famosos como Dan Zanes.

Tlacotalpan, Ver, 04 de Febrero de 2012.-La Perla del Papaloapan es cuna de grandes artistas y artesanos, semillero de grandes talentos. Un ejemplo de ellos es Julio César Corro Lara, quien desde muy pequeño se ha dedicado a la laudería, actividad que le ha dado grandes satisfacciones, además de reconocimiento nacional y en otros países.

Julio César ha dedicado su vida a la laudería, actividad artesanal consistente en diseñar y elaborar instrumentos musicales únicos que, al ser de fabricación totalmente manual, son, por tanto, de sonido diferenciado.

Entrevistado en su taller, Julio César Corro Lara comenta que aquí se elaboran jaranas, arpas, requintos, panderos y toda una gama de instrumentos que se utilizan para interpretar el género musical típico de estas tierras, el son jarocho.

Señala que, como el son jarocho ha sido uno de los movimientos más importantes de la música popular, el auge de los instrumentos se ha elevado a lo largo de los años. En el taller de don Julio se producen aproximadamente 200 instrumentos al año, cuyos precios oscilan entre los tres mil y los 10 mil pesos.

Para la fabricación de los instrumentos, cuenta, lo más difícil de todo es tener la madera y que esté en condiciones; es decir, es necesario que se encuentre seca y en óptimo estado para poder trabajarla, ya que los instrumentos son elaborados en una sola pieza desde la caja hasta la cabeza.

El hábil artesano explica que, una vez teniendo la estructura, el cascarón, la caja, el brazo y la cabeza, podría hacer una jarana en una semana.

Estos bellos trabajos tienen su origen en importantes piezas como la guitarra barroca y renacentista. Don Julio explica que cuando los españoles llegaron a estas tierras y los nativos vieron los instrumentos que traían -que eran muy elaborados-, trataron de diseñar algo parecido y, dada la abundancia de madera en esos tiempos, hacían un dibujo en un pedazo de madera y lo cortaban de una sola pieza.

Desde entonces, los instrumentos conservan esta característica, ser de una sola pieza; pero actualmente, cuando se les diseña, la característica es que “jamás vas a hacer otro igual; cada instrumento tiene lo suyo, lo propio; cada madera es diferente. Te encuentras con texturas, algunas porosidades, características que son importantes para que un instrumento sea único”.

Refirió que muchos músicos le han comprado instrumentos, entre ellos, Dan Zanes, quien fue integrante de la popular banda de 1980 The Del Fuegos y líder actual de los Grammy, grupo ganador del Dan Zanes and Friends.

A don Julio esto le parece “algo curioso”, ya que este músico estadounidense realiza trabajos para Disneylandia y su música está más enfocada hacia los niños; sin embargo, decidió grabar un disco con varios sones jarochos. “Por eso quiso venir a Veracruz y conocer la fiesta del fandango, y visitó este taller. Y así como él, viene mucha gente que uno realmente no sabe ni quién es”.

Entre otras anécdotas, el laudero de Tlacotalpan cuenta que en estas fiestas de La Candelaria asistió a un concierto “de un músico estupendo y, después de que lo vi, me di cuenta de que él me había comprado unas cosas, pero ya ni él ni yo nos acordábamos”.

Gracias a su trabajo, Julio César Corro Lara ha obtenido 15 premios de Arte Popular, en la categoría de instrumentos. “En el 2011 ganamos el primer lugar en el Gran Premio al Arte Popular de México y el premio a Las Leyendas Vivientes del Arte Popular de México, hace como cinco años”.

Cuenta que recientemente llegó de España, en donde participó en la Feria Internacional de Turismo (Fitur) y ahí expuso su trabajo. En esos foros “la gente se acerca, ve y pregunta y yo les digo que es de Veracruz, de México”.

Entre los proyectos del artesano está poner un taller para niños, con la finalidad de que los niños confeccionen sus propios instrumentos y los aprendan a tocar y así descubran el valor de cada pieza y se fomente en ellos el amor por la laudería y por el son jarocho.

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